Capítulo 4

19 8 0
                                    

Viaje

"Escúchame bien, Johnny, debes leer la partitura repetidamente, y tocarla una y otra vez. Así la perfeccionas. La tocas tal y como pone en la partitura, como la pensó el compositor. Perfectamente. Correctamente.

¡Volviste a equivocarte! ¿¡Cuántas veces tengo que decírtelo!?

¡No podrás dormir hasta que hagas eso bien! ¡Mira bien!

Todo está escrito en la partitura."

"Seo Youngho volvió a quedar de primero" "Es porque su madre es descendiente directa de ese famoso profesor" "Debe tener la partitura en las gafas" "Con ellas también puede esconder los moretones" "Cada día tiene una lección de siete u ocho horas, ¿verdad?" "¿Y cuándo juega?" "Nadie aguantaría ese ritmo de vida" "Parece una máquina"

Que digan lo que quieran.

Yo soy el único aliado de mamá.

[...]

—¡Lo logramos! —gritó Taeyong, frenando la bicicleta ante el imponente edificio, provocando que Johnny se fuera de cara al piso.

Ten ni siquiera comprobó el estado del chico antes de llevarlo, o más bien arrastrarlo, al backstage. Yuta señaló el estado de los zapatos del chico, y se los intercambiaron antes de entrar. Johnny agradeció con la mirada a sus amigos, lleno de una valentía que daba por perdida hace mucho tiempo.

—¿Crees que Johnny podrá hacerlo bien? —preguntó Yuta.

—Pronto llegará la primavera —respondió su amigo.

—Ya casi estamos en mayo. Las hojas de los cerezos empezarán a caer.

—Sí. Pero seguro... Seguro que llegará la primavera.



"Segundo concurso de música de Towa

Violín - Estudiantes de primaria"

Mientras la concursante número doce se preparaba para su presentación, Johnny movía los dedos sobre la patitura, como si estuviese tocando el piano. Leía la partitura una y otra vez mientras practicaba en silencio.

Esto es absurdo.

Sólo debería estar aquí después de pasar mucho tiempo ensayando,

aprendiendo perfectamente la partitura hasta que ya no me hiciese falta.

Le caían gruesas gotas de sudor por la cara, su cabello se pegaba a su frente, tenía los dientes apretados y los ojos exageradamente abiertos. Todo en él gritaba nerviosismo.

Pero vine casi sin ensayar junto al violín.

Y además...

Con un violinista tan absurdo como él.

Ten se mostró frente a Johnny, elegante, irradiando ese aura de importancia y seguridad naturalmente.

—Estoy listo —le anunció, mientras con sus manos sostenía el violín y el arco. Se inclinó para intentar ver la cara de Johnny— ¿Qué hacemos con el tempo? ¿Lo hacemos intenso?

Es inútil. Es demasiado osado.

No puedo tocar debidamente en esta situación.

—¿Me queda bien este traje? Es nuevo.

四月は君の嘘Where stories live. Discover now