Capítulo 6

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El camino a casa

La señal intermitente señalaba que pronto pasaría el tren. Quizá incluso más alto, se oía el llanto de un niño pequeño.

-¡Ya, Johnny, no llores sólo por haberte raspado la rodilla! -le gritó Taeyong, que lo llevaba en su espalda, porque Johnny no cesaba de llorar- ¡Eres un chico, ¿no?! ¡Yo me torcí el tobillo! ¡Se torció!

Taeyong apenas podía mantenerse en pie, le costaba muchísimo dar cada paso, pero pese al dolor no dejaba de llevar a Johnny en su espalda. Después de todo, era su culpa que se encontraran así.

-¡Fue porque me hiciste dar volteretas en el terraplén! -le respondió en pleno llanto.

-¡Cállate!

De igual manera, Taeyong estaba aliviado de que Johnny se hiriera en la pierna. Tenía muy claro y presente que si hubiera sido en las manos, la madre de su amigo lo hubiera matado, y no lo hubiera dejado acercarse nunca más a su hijo. El solo pensarlo lo hizo lagrimear, y el llanto de Johnny terminó por hacerlo llorar a él también.

Y siguieron así lo que restaba de camino. Johnny en la espalda de Taeyong, y los dos llorando, bajo la noche estrellada.

[...]



Johnny llevó a Ten a su casa para que se bañase y se cambiase de ropa, así no tenía que llegar mojado a su hogar. Le había avisado que su uniforme ya estaba en la secadora, pero el más bajo de ambos se dedicaba a sentir el aroma de la ropa gigantesca de su anfitrión, asombrándose un poco, ya que las prendas aparentaban ser bastante más chicas si las usaba él.

Mientras Johnny le comentaba (a gritos, pensando que Ten estaba en el baño) que la casa estaba sola ya que su padre trabajaba fuera, unos ojos curiosos se habían empezado a dedicar a examinar cada cuarto, buscando el que contuviese un gran instrumento dentro.

Johnny se preguntó si su invitado estaba bien, ya que no respondía. Lo encontró en el segundo piso, examinando su habitación desde la puerta, y le ofreció un café. Pero a Ten no le interesaba eso.

Al contrario, caminó hacia el piano, tiró lejos todos los libros y papeles que se encontraban sobre éste. Johnny tuvo una reacción un poco exagerada, pero se detuvo cuando Ten tomó la toalla que tenía sobre sus hombros, con la cual se había secado el pelo, y empezó a limpiar el piano con cuidado.

-Lo siento -dijo, recostando sus delgados brazos sobre el piano y escondiendo su cabeza entre ellos- . Lo siento. Lo siento. Lo siento.

Sin embargo, al instante cambió su actitud, ahora parecía bastante enojado.

-¡Para una buena presentación es necesario un buen ambiente! -gritó, corriendo las cortinas del cuarto y abriendo la ventana, todo de un sólo movimiento- ¡Primero hay que limpiar y ventilar esto!

En la ventana que estaba justo en frente, estaba Taeyong comiendo helado, que volteó a ver a los dos chicos, y mientras que Ten lo saludaba enérgicamente y Johnny intentaba explicar la situación, no pudo evitar el darse cuenta de ciertos detalles. Como, por ejemplo, el hecho de que Ten estaba con ropa de Johnny, y el pelo mojado, ¿qué se suponía que significaba aquello?

Su enojo se hizo evidente al día siguiente, cuando en el entrenamiento, parecía bastante "energizado", según sus compañeros de equipo, aunque en realidad era una reacción bastante violenta. Aún con eso, Kun estaba alegre de que estuviera tan activo. Era un buen progreso si consideraba los anteriores entrenamientos.

四月は君の嘘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora