SORPRESAS

1K 73 20
                                    


SORPRESAS

Otra vez vuelve lo mismo... ¿Por qué tendré tan mala suerte? De todas las discotecas que hay en Mallorca, tiene que ser en esta.

Mis ojos se humedecen, aunque no quieran, aunque confíe en él. Ese sentimiento está ahí y no puedo borrarlo.

- ¿Quieres irte? – oigo que alguien me pregunta a duras penas.

- No aún no – contesto a Igor después de ver que era él quien me estaba hablando.

- ¿Segura? – vuelve a preguntar mientras su preocupación se traslada a su cara.

- Sí, lo estoy. Quiero ver que es lo que pasa – le contesto.

- No dejes que ella te hunda porque es lo que quiere conseguir – me dice Igor.

- Lo sé, pero no va a conseguirlo – le digo mientras observo la escena.

Y es que ante mis ojos se encuentra nada más ni nada menos que Miriam. Sí, la rubia de bote está aquí otra vez merodeando a Marco. Y sí, estoy celosa a más no poder, pero confío en Marco, lo hago o eso quiero creer.

Veo como Miriam intenta llevar a Marco a alguna parte, aunque no sé a dónde, pero él no quiere ir. Se niega varias veces y veo como intenta apartarla de él, ya que Miriam no hace más que pegarse a él y tocarle.

¡Sólo puedo tocarle yo!

Mi paciencia se acaba así que me acerco hasta la "parejita". Cuando me planto delante de ellos a Marco se le pone la cara pálida del susto y a Miriam una sonrisa triunfadora.

- María, yo... - intenta decir Marco.

- ¿No nos presentas Marco? Que desconsiderado eres – dice la rubia de bote – Soy Miriam, su novio y ¿tú quién eres?

Me quedo estupefacta, ¿ha dicho lo que creo que ha dicho? ¿Su novia? Su sonrisa se ensancha en cuánto me ve mi reacción y yo solo quiero darla una bofetada.

- Miriam tú y yo no somos nada ya, olvidate – dice Marco borde – María, yo...

- Ya lo sé Marco – le contesto – estabas con amiga, no pasa nada – le contesto mientras soy yo quien sonrío a la rubia de bote - ¿Nos podemos ir ya? Estoy cansada del viaje.

- Claro – me contesta mientras me agarra de la cintura – Adiós Miriam.

- Adiós, ha sido un placer conocerte – le digo en tono irónico. ¡Y que se note la ironía!

Allí plantada como un pasmarote la dejamos. Yo solo puedo sonreír.

El camino a casa es silencioso, nadie habla de nada, todo se vuelve incómodo. Pobre Igor, no quisiera estar en su lugar. Y Marco... Marco no para de mirarme suplicante. Me conoce y sabe que estoy enfadada.

Al llegar a su habitación y colocarnos el pijama nos metemos en la cama.

- María... - intenta decir Marco otra vez pero lo corto.

- Si tu pregunta es si estoy enfadada, la respuesta es sí – le contesto y veo desesperación en su mirada.

- Por favor – me dice mientras se acerca más a mí y rodea mi cintura con su brazo.

- No estoy enfadada contigo – le digo mirándole a los ojos.

- ¿Entonces? – pregunta confuso.

MIENTRAS NO ME OLVIDES, NO ME HABRÉ MARCHADO DEL TODO || MARCO ASENSIOWhere stories live. Discover now