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Estamos bien...

Estamos bien...

Ha pasado una semana desde que Pimentel me dijo esas palabras, nos hemos estado reuniendo después de la escuela y hablamos. Siento que las cosas entre nosotros ahora son normales, por ejemplo, ayer mismo nos reunimos después de la última campanada, el sol estaba abrasador pero recordé usar una gorra y Pimentel traía la suya puesta. Uno al lado del otro, salimos del campus.

Las cosas fueron incómodas al principio, había un silencio incómodo, como esos silencios en los que una persona siente que tiene que decir algo. Ahora que estoy acostumbrado a pasar el rato con Pimentel he aceptado el hecho de que no es muy hablador, él no es ese tipo de chic o al menos no conmigo. Entonces, seguimos caminando en silencio. Estaba sudando tanto en mi camiseta que llegue a sentirme nervioso por oler desagradable para él, lo último que quiero es volver a avergonzarme, el incidente del partido de soccer fue suficiente humillación. Mientras caminábamos, agarré el centro de mi camiseta y comencé a tirar de ella haciendo todo lo posible por forzar un poco de aire debajo de mi polo. Segundos después, sentí los ojos de Pimentel sobre mi.

—Lo siento —me disculpe. No tengo idea de porqué demonios hice eso pero espero que no se convierta en una costumbre como ocurre con el "eh" que no se ha ido porque justo después de disculparme, dije: —Eh, hace calor hoy.

Pimentel dirigió su mirada hacia el frente.

—Entonces quítate la camiseta.

Diré la verdad, cuando dijo eso mi primero pensamiento fue no.

Lo admito, tengo el mejor cuerpo dentro de los jugadores del equipo de futbol. Christopher es grande y duro, pero necesita ejercitarse más. Los otros muchachos tienen más o menos el mismo problema que él. Yo soy un completo contraste con ellos, mi cuerpo es musculoso y marcado pero delgado así que no tengo mucho volumen, pero la definición y la escultura son evidentes. Ahora, este es el problema: Comparado con Pimentel, ni siquiera parezco estar ejercitado; él tiene el cuerpo de un dios griego, entonces, por supuesto, no había forma de que me quitará la camiseta.

—Prefiero morir ardiendo —bromeé para ocultar mi inquietud—. De todos modos ¿qué vamos a hacer hoy? —era importante para mí cambiar el tema de inmediato.

—¡Erick! —alguien grito mi nombre.

Me giré para ver a algunos de los jugadores en el campo y a Alex corriendo en nuestra dirección.

—Entonces es verdad que has estado evitándonos —bromeó.

—No, sólo he estado pasando el tiempo con Joel —le dije a mi amigo. Dirigí mi mirada a Pimentel, sus ojos estaban ocultos en la sombra producida por su gorra en la parte superior de su cabeza. No sonrió, ni dijo nada. Tenía su típica expresión puramente ilegible.

Alex inspeccionó brevemente a Pimentel pero no hablo con él, sólo enfocó su atención en mí.

—Esta bien —respondió y pude escuchar un leve temblor en su voz—. Estabamos a punto de jugar un partido de americano por diversión, ven.

—¿Tal vez Pimentel pueda unirse a nosotros? —pregunté. Sé que fue un movimiento audaz, Alex claramente estaba temblando de miedo, pero quería que los chicos entendieran que Pimentel no es peligroso, necesitaba que lo vieran como una persona normal porque es exactamente lo que es. No es una mala persona, no es agresivo, no es un ignorante, no es un ladrón o un asesino. Pimentel no es lo que todo el mundo en esta ciudad dice una y otra vez sobre la gente como él.

Alex se quedó en silencio pero finalmente dijo: —Esta bien. Sí, eso sería genial hermano.

Alex se unió a los otros muchachos en el campo. Cuando Pimentel me miró, maniobre mi mirada, en ese momento no estaba preparado para competir en un concurso de miradas con él.

Sin límites [Joerick]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora