Capítulo 36

1.6K 115 24
                                    

Narra Adriel

Al final Tay y yo quedamos en que él me vendría a buscar para ir juntos al bar, donde nos esperaban nuestras "citas". No sabía porqué Tay iba a cosas como esas. En mi opinión es absurdo, además de que a él no le hace falta cosas como esas para ligar. Si quiere follar ya me tiene a mi, después que haga lo que quiera.

Me miré por tercera vez en el espejo. Llevaba puesto una camiseta gris con un adorno en rojo, unos jeans negros ajustados y mis zapatillas rojas. Me eché el flequillo hacia atrás, haciéndome  ver un poco más maduro. No quería arreglarme tanto por si el chico al que se supone que quiero conocer se piensa que voy enserio.

Me cogí una chaqueta blanca, ya que por las noches refrescaba un poco.

Me quedé sentado en mi cama esperando a que Tay llegara. No creo que se pierda, ya que a estado aquí dos veces más.

Estuve como quince minutos esperando, hasta que por fin escuché el timbre de la puerta sonar.

Me eché colonia, cogí mi cartera y bajé para irme con Tay, no sin antes despedirme de mi madre y de mi padre.

Una vez fuera, me quedé como bobo mirando a Tay. Llevaba puesta una camiseta de Levis, unos vaqueros con los que se le marcaba todo el paquete y unas Nike azul noche.

–¿No vas a pasar frío?– Le pregunté cuando ya estábamos caminando.

–Soy caluroso– Dijo sin quitar la vista del camino.

Tay no es una persona muy habladora, pero tampoco es borde. Es simpático, pero cuando ocurre algo grave, o serio, se comporta frío y distante, supongo, porque llevo poco conociéndolo. En resumen, es una persona muy madura para tener quince años, ni comparación con el idiota de su hermano.

Empecemos a pasar por calles deshabitadas, donde solo alguien pasaría por el día.

–Tay...¿Seguro que es por aquí?– Pregunté acercándome a él.

–Si– Contestó sonriendo.

–Pues tengo miedo. ¿Y si viene alguien y nos roba? O peor aún, que venga algún loco y nos saque las tripas para venderlas en el mercado negro–

–¿Quién va a querer tus tripas?– Dijo mientras me abrazaba por los hombros. –Tranquilo, si alguien viene yo te protejo–

Ahora es donde me besa ¿No?

Me quedé mirándolo aún cuando él volvió a mirar al frente. Me mordí el labio ansioso. ¿Cuando me va a besar?

Suspiré rendido y me agarré a él. De verdad tenía miedo de que viniese algún loco, aunque Tay me va a proteger...

–¡Tay! ¡¿Y si el loco te hace daño?!– Pregunté desesperado. No podía dejar que le hagan daño a Tay. ¿Y si le daban en la cara? No señor, si le daban en la cara se las verían conmigo por arruinar su preciosa carita.

–Tranquilo, ya hemos llegado– Dijo parándose enfrente de dos muchachos.

El más bajo de todos me miró con recelo. Un chiquillo con el pelo marrón al igual que los ojos. Nada de el otro mundo. Aunque tenía una cara tierna, luego se la mancho de algo y listo.

Miré de reojo a Tay, estaba hablando con el otro chico, aún agarrándome. Volví a mirar al mocoso ese sacándole la lengua. Él me saco el dedo del medio. Me acercaría a él a meterle un guantazo, pero en los brazos de Tay se está de lujo.

–Hola, Adriel ¿Verdad?– Me preguntó el chico que estaba al lado del mocoso. Un tío con el pelo castaño hasta los hombros, y ojos azules. Eran bonitos, pero como los de Tay ningunos.

Algo anda mal [ HISTORIA YAOI ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora