Küssen | Oushitsu Kyoushi Haine | [Heine x Leonhard]

8. A shy kiss

A lo mejor era algo completamente tonto, pero estar con él solo aún lograba ponerlo nervioso, era como si no supiera decir algo inteligente, aunque a su parecer, no decía cosas inteligentes la mayoría del tiempo.

¡Y vaya que no!

A veces terminaba tartamudeando algunas palabras y si podían lograr alguna conversación por alguna razón, fuerza de la naturaleza, karma... destino, como se le quisiera llamar siempre terminaba sonrojándose.

Era algo que simplemente no podía evitar por más que quisiera, sus mejillas se teñían de rojo sin pedir perdón ni permiso, y eso de alguna manera le molestaba.

Por eso en ese preciso momento se encontraba mirando por la ventana del carruaje, el paisaje era el mismo, la capital alejándose y el verde de los arboles haciéndose más presente conforme avanzaban.

¿Podría decir que el silencio lo estaba desesperando?

Claramente lo hacía. Habían ido a la ciudad meramente por gusto y todo había sido completamente ameno, la mayoría del tiempo se la habían pasado hablando de diferentes cosas, pero ahora todo estaba tan silencioso.

Juraba que el sonido del trote de los caballos, por primera vez, lo sacaría de quicio.

—Espero que el paseo por la cuidad le haya gustado, príncipe— comentó Heine para matar el silencio que se había hecho desde que se subieron al carruaje.

No tenía nada en contra de los silencios que luego se formaban entre ellos, de hecho le llegaban a gustar pero ese particularmente no era de su total agrado. Y menos ver como el joven movía algo ansioso la pierna.

—De hecho, así fue ¿Y para ti?— preguntó cerrando la cortina de la ventana, la luz del atardecer le estaba comenzando a molestar.

—También, debo decir que fue algo divertido y tierno como se sonrojo cuando choco con la pequeña niña... no sabría decir quien se disculpaba más.

— ¡Calla!— gritó completamente avergonzado, colocando rápidamente sus manos sobre sus mejillas para ocultar el color rojo de estas. — ¿Por qué lo menciones ahora?

—Me pareció buena idea mencionarlo, ya sabía cómo reaccionaría— respondió con una pequeña sonrisa en los labios.

— ¿Lo haces para hacerme sonrojar?— ante su pregunta solo consiguió que el pelirrojo encogiera un poco sus hombros en respuesta.

Leonhard nunca se había parado a preguntar si en algún punto Heine se cansaba de sus sonrojos, al parecer no lo hacía. Si no que este disfrutaba provocarlos.

Con cuidado, el joven se fue desplazando hasta quedar enfrente del asiento de del otro, quedándose estático por un momento y sintiendo como se ponía cada vez más rojo. Tomo una respiración corta e hizo que este volteara a verle, colocando las puntas de sus dedos en el mentón de este.

Y a pesar de que sentía como su corazón estaba completamente acelerado y sus labios temblorosos, cerró los ojos y se fue acercando con lentitud a los labios del pequeño pelirrojo, hasta posarse por completo sobre ellos en un tímido beso.

Heine simplemente correspondió el beso un tanto sorprendido por la acción, solo esperaba no haberse puesto rojo.