Küssen | Oushitsu Kyoushi Haine | [Heine x Leonhard]

2. A goodbye kiss

—Solo se va por unas horas, no es necesario que vea que necesita— repitió Heine por segunda vez al cuarto príncipe.

— ¡Claro que es necesario!— el joven comenzó a mover todas las cosas que se encontraban encima del escritorio, desde hacía un buen rato estaba buscando algo pero al parecer no tenía éxito en encontrarlo.

Y para ser sinceros el tutor empezaba a creer que solo lo hacía para perder el tiempo.

— ¿Puedo saber qué es lo que está buscando, su alteza?— indagó para que de una vez dejara de hacer un desastre, pero claro que no se lo podía decir tan directamente por cuestiones obvias.

—Nada, solo estoy buscando una... una— la voz de Leonhard se fue apagando cada vez más, empezó a ver hacia otro lado buscando algo que lo ayudara a completar la oración.

—No sabe lo que está buscando ¿Verdad?

En ese momento el rubio soltó un pequeño refunfuño al aire.

— ¡Libreta!— exclamó como si de una victoria se tratará. —Estoy buscando un lugar donde anotar cosas... si es que llego a anotar algo— agregó a manera de reparar su respuesta anterior.

Heine parpadeo algunas veces tratando de entender porque necesitaba una libreta si solo acompañaría a su prima y hermanos a la presentación de una obra teatral.

—Creo que no hay necesidad de que anote nada, simplemente debe de sentarse y prestar atención— dijo con total tranquilidad, viéndole directamente a los ojos. —Y tampoco tiene que estar nervioso.

— ¡Yo no estoy nervioso! ¡Tú estás nervioso!— contrarió con la voz algo temblorosa y con las mejillas rojas.

—Si... Sí, yo soy el nervioso— el tutor agito una de sus manos, como todas las veces que parecía darle el avión. —Sus hermanos ya deben de estar esperándolo.

—Tienes razón— inmediatamente dejó todo el desastre del escritorio y tomo el saco del traje que llevaba puesto. —Adiós Heine.

—Nos vemos— se despidió al ver como el joven abría la puerta.

Leonhard se detuvo antes de salir por completo de la habitación y se regresó, solo para plantarse enfrente del pelirrojo.

— ¿Pasa algo?— preguntó al ver que el joven se agachaba un poco para quedar más o menos de la atura.

—Se me olvidaba algo— el pequeño tutor entendió que le trataba de decir, y con total sincronización cortaron la distancia que había entre ellos en un corto beso, uno del que apenas se podía disfrutar unos segundos. —Nos vemos— seguido de estas palabras salió de la habitación con el rostro más que rojo.