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Jisoo se levantó esa mañana calurosa de verano y luego de lograr despejarse y despegarse de las sábanas miro el reloj que descansaba en la mesita de luz, sus ojos se abrieron al tope al descubrir la hora, eran las 7 de la mañana del sábado, por lo que no tenía que trabajar pero aún así había algo por lo que debía levantarse temprano.

Luego de checar la hora otra vez y ver que aún quedaban algunos minutos se dirigió a la cocina para prepararse un café, cuando el vapor comenzó a salir de la máquina aprovechó para vestirse mas cómodamente con una camisa blanca holgada pero dejando puestos sus pantalones de dormir. El pelinegro tomó la taza de café entre sus manos y se dirigió a su habitación otra vez y abrió la ventana dejando que el calor del verano se colara en su habitación algo de lo que se lamentaría luego pero no era momento de quejarse de eso, en el momento que el reloj marcaba las siete con treinta y cinco minutos el característico sonido de la campanilla entro por su ventana y Jisoo movió su cabeza a una velocidad casi peligrosa para su cuello y sus ojos vieron lo que tanto estaba esperando.

De aquella pequeña tienda de flores pintada de verde bosque y con dos grandes ventanales de vidrio que estaba cruzando la calle, salía por la puerta también de vidrio un chico de cabello castaño con un delantal verde, el pálido chico salía con una pequeña pizarra negra que era colocada en frente de la tienda donde ponía las flores de estación y alguna frase motivacional escrito en letras grandes con tiza blanca. Jisoo seguía los movimientos del castaño con la mirada de una niña enamorada, hace algunas semanas que había descubierto al nuevo dependiente de esa tienda y desde ese día desarrollo una pequeña obsesión con los rasgos angelicales del castaño.

El chico terminó de colocar la pizarra y se dio la vuelta para volver a entrar al local pero por alguna razón no podiar dejar de sentirse observado, se dio la vuelta y examinó la calle, no había nada además de la señora Young quién paseaba a su perro como normalmente lo hacia, levantó la mirada hacía el edificio de ladrillo rojo que estaba en frente pero las tres ventanas se encontraban vacías, sacudió su cabeza eliminando las ideas y se volvió a adentrar a la tienda para comenzar con el trabajo.

Pero dentro del edificio rojo, en la segunda de tres ventanas Jisoo había logrado tirarse al suelo apoyando su espalda contra la pared y abrazando sus piernas debajo de la ventana, la taza de café que anteriormente sostenía en sus manos ahora estaba en el suelo y el corazón de Jisoo golpeaba con fuerza como si hubiese visto un fantasma. 
Bueno, quizás no un fantasma pero un ángel... -pensó Jisoo aún recuperando el aliento.

❝Flower's boy❞ ¦  jihanWhere stories live. Discover now