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Jisoo llevaba casi una semana sin ir a la tienda de jeonghan, se sentía tan ridículo, había hecho una casi escena de celos frente al chico que le gustaba que se suponia no debía saber que le gustaba, pero ahí estaba Jisoo para cagarla siempre, toda la cercanía que había logrado crear en estos días se había ido por el caño por culpa de Seungcheol.

O eso quería creer porque no quería hecharse la culpa por ser un idiota.

Esta mañana cuando se levantó decidió mirar disimuladamente a la tienda para ver que tal, y se encontró con Jeonghan colocando el cartel de la calle como siempre. Su corazón volvió a later al ver el suave rostro del chico castaño otra vez, se dio cuenta que lo extrañaba mas de lo que creía.

Se sentía tan estúpido, se arrepentía de haber bajado a la tienda en un primer lugar y de intentar hacerse amigo de Jeonghan, ahora el castaño tenía la idea de Jisoo como el vecino loco y celoso.

O eso creía el.

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-Hanie, ¿sabes que mirando a las plantas fijamente estas no van a crecer mas rápido verdad? -La voz de Seungcheol irrumpió en los pensamientos de Jeonghan quién estaba sentado en el mostrador de la tienda.

Estaba enojado, muy enojado.

Jisoo había hecho un alboroto por nada y después ni siquiera mostró la cara en la tienda para disculparse.

En esos días que Jisoo comenzó a venir a la tienda Jeonghan terminó encariñandose con la presencia silenciosa del azabache y de su tierna sonrisa, el chico desprendía frescura y tranquilidad haciendo que el verano pasara mas rápido entre risas y miradas.

Algo que Seungcheol se había encargado de eliminar, no tenía nada en contra del platinado, es un empleado trabajador y mas que eso un amigo, pero sus insistentes piropos y acercamientos hacían poner a Jeonghan incómodo porque era muy cargoso y cariñoso.

A Seungcheol le hacía falta alguien pequeño a quien abrazar y llenar de amor, no él quién no disfrutaba tanto de los abrazos y besos si no de intercambios de miradas y sonrisas tímidas, hasta tomarse de las manos era suficiente para que Jeonghan pudiera demostrar su amor.

-Seungcheol- llamó el castaño al mayor que se encontraba moviendo unas macetas de lugar. - ¿Podrías cuidar la tienda por mi un momento mientras salgo?

-Claro, ¿A donde tienes que ir?

-A buscar a un estúpido.

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Jisoo estaba metido en su pequeño estudio en su apartamento con los ojos fijos en su computador, estaba pasando en limpio la historia que habia comenzado a escribir en la tienda, también se dio cuenta lo mala idea que fue escribir una historia de amor con el chico que la gusta paseándose enfrente de el.

-Oh, aunque nuestros padres no acepten esto tenemos que estar juntos.
-Si, yo te amo y no me puedo separar de ti.
-Ven aquí Jisoo, sellemos nuestro amor con un beso~

Jisoo, golpeó su cabeza contra el teclado, ¿en que momento había cambiado el nombre de la heroína por el de él?

Con eso habia perdido toda su concentración por lo que decidió ir a la cocina por un poco de café y tal vez así conseguir concentrarse mejor.

Con taza en mano se acercó a la ventana de su apartamento y sus ojos se clavaron en la puerta de la tienda de flores, y casi como que lo hubiera llamado con la mirada, Jeonghan salía de la tienda pero en vez de quedarse acomodando el cartel o algo, cruzó la calle quedando debajo de su ventana.

Jisoo casi escupe su café al escuchar el timbre de su apartamento sonar.

❝Flower's boy❞ ¦  jihanWhere stories live. Discover now