Kurama.

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Narra Naruto.

—Este lugar no esta hecho para que tú duermas —, mierda.— despierta.—
—Mira quien lo dice —, levanto mi mirada y lo veo.— tú también te pasas durmiendo. — le reclamo.
—Sí, pero cuando nadie me ve.— se sienta enfrente mío.
—No te soporto.— fulmino con la mirada a Shikamaru.
—Se te ve algo cansado.—
—Lo estoy, el trabajo cada vez está más pesado.— me friego los ojos con las manos.
—Ve a descansar a tu casa, te puedes enfermar sí sigues así, y entonces ¿quién cuidará de Hinata?.— Shikamaru tiene razón, no puedo darme el lujo de enfermarme.
—Está bien, me voy...— me levanto.— nos vemos en la noche.— él asiente, salgo de la biblioteca y camino a la salida.

Me siento muy cansado, el cuerpo me duele, la cabeza me retumba y últimamente no he estado almorzando bien. Mientras camino empiezo a sentir que los párpados se me cierran, me apoyo por la pared, pero luego siento que alguien me estira del brazo y me mete dentro de una sala.

Mi espalda se estampa por la mesa que hay en la sala, levanto mi vista y veo esos ojos oscuros, ese cabello color azabache y esa piel blanca. Sasuke me tiene acorralado, tiene su mano a los lados y esta muy cerca, siento que con su mirada puede leer mi mente, siento arder mis mejillas, desvío la mirada, mi corazón está a mil por hora.

—¿Q-Qué qu-iéres?.— la pregunta sale en un hilo de voz, ¿cómo es posible que él tenga ese efecto en mí?.

No responde, mierda, me estoy poniendo nervioso. Me trago mi miedo y lo miro a los ojos, no fue una buena idea.

—¿Qué quiéres? —, vuelvo a preguntar, pero esta vez con más confianza y él no responde.— apártate —, lo empujo, pero todo es en vano.— Sasuke, puedes decirme, ¿qué es lo que quieres de mí?.—
—Teníamos un trato — su voz era fría e indiferente.— y tú lo rompiste.—
—Exacto, teníamos un trato, tiempo pasado, ahora ya no, y si me disculpas.— intento zafarme, pero no puedo, me aprieta más a la mesa, ESTÁ MUY CERCA.
—Dijiste que no tenías problemas en acostarte conmigo, y ¿qué pasó?, ¿tienes a otro ahora? —, ¿qué?.— ¿te lo hace mejor que yo? —, ¿de qué está hablando?.— ¿cómo se llama él que te hace los favores ahora?...— se queda callado un segundo.— ¿Gaara? O... No creo que él no... Shikamaru, ¿él te hace los favores ahora?.— estampo mi puño contra su cara, ¿como es posible que meta a Shikamaru en esto?, ¿él qué sabe?, él no sabe NADA.
—Que sea la última vez que lo metes a él en una conversación así —, Sasuke había retrocedido por el golpe que le dí.— él me ha ayudado mucho — siento como la fuerza vieja por mi cuerpo, no, por favor no.— y tú no eres quien para hablar de él, eres escoria — No quiero decir esto, para por favor, Kurama... Para...— te crees mucho, pero no eres nada. Que sea la última vez que te me acercas, no te quiero volver a ver, además si quieres divertirte...— me acerco a la salida.— diviértete con la zorra de Sakura o la fácil de Ino.— dicho esto salgo de ahí, empiezo a correr hacia mi apartamento.

Al llegar me encierro en mi habitación. Cálmate, cálmate... Respira... Respira... Me estaba calmando de apoco, ojalá no se hayan visto, por favor que no se hayan visto.

Desde pequeño he tenido esto, mi padre decía que era un don muy especial, pero para mí es una maldición. Nunca fui lo suficientemente fuerte como para defenderme, pero un día, lo que llevo dentro, salió. Sentí era fuerte y que podía hacer lo que quisiera, pero a la vez que no quería eso, el poder era muy fuerte, por eso decidí alejarme de todo y de todos. Luego conocí a Shikamaru, me siento seguro a su lado, ya que nunca he llegado a discutir con él, ya que su personalidad no es así.

Lo que llevo dentro es una persona, tiene un cuerpo, tiene manos, tiene pies, un rostro, a veces entro dentro mío y hablo con él. Se llama Kurama, su carácter es muy fuerte, es agresivo y casi siempre esta de mal humor. Le molesta que no me defienda por mi cuenta, pero no puedo hacer nada.

Cuando él toma el control de mi cuerpo para defenderme, mis ojos toman el color de los suyos, un color rojo carmesí y mi cabello también se vuelve de un color rojo, entre naranja y amarillo. Es peligroso que Kurama tome por mucho tiempo el control de mi cuerpo, ya que pierdo la noción del tiempo y de lo que hago.

Me recuesto en la cama y cierro mis ojos, tengo que tranquilizarme y relajarme.

Me había relajado tanto que me quedé dormido, me levanto somnoliento y veo la hora. Me dirijo al baño, hago mis necesidades, me baño, me visto al salir del baño. Me visto con la ropa del trabajo, salgo del apartamento para ir a traer a Hinata.

—Hermanito.— corre a abrazarme, es tan tierna.
—Hola princesa.— la saludo, vamos caminando de la mano hacia el apartamento mientras ella me cuenta como le fue en su día.

Al llegar veo que el apartamento está abierto, lo que significa que Shikamaru ya llegó, Hinata entra corriendo mientras grita el nombre de Nara.

Al entrar cierro la puerta del apartamento y veo como Shikamaru abraza a Hinata, mientras ella no para de hablar. Dejo a ellos dos solos, me preparo para ir al trabajo, guardo mis cosas y lo que, probablemente, vaya a necesitar.

—Naruto —, escucho la voz de Shikamaru y me giro en su dirección.— contraté a alguien para que venga a cuidar de Hinata más tarde.— ¿qué?.
—¿Qué?, ¿cuándo?.—
—Tranquilo —, coloca una mano en mi hombro.— es de confianza, tengo cosas que hacer hoy y son muy importantes, pero solo será esta vez.— es raro que Shikamaru tenga cosas importantes que hacer, pero él también tiene una vida.
—Está bien —, suspiro.— espero que sea de confianza.—
—Tú tranquilo, es de confianza.—


Había dejado a Hinata con Shikamaru, él me dijo que a partir de la media noche el chico de "confianza" estaría llegando. Me impacienta saber ¿quién es?, si lo conozco o no. Pero a la vez confío en Nara, él es una persona que quiere mucho a Hinata y no la dejaría con cualquiera.

Al fin había terminado de trabajar, salgo y voy caminando de vuelta a mi apartamento, a esta hora de la madrugada no hay nadie prácticamente, son las tres y cuarto. Está todo muy oscuro pero ya estoy acostumbrado. Llego a mi apartamento, y al entrar me dejo caer en el pequeño sofá que tenemos, hoy había sido un día muy estresante y agotador, mi cuerpo pedía descanso.

Mis párpados se habían cerrado por sí solos, mi cuerpo se empezó a relajar y el sueño hizo presencia, pero sentí una mirada penetrante y mi cuerpo se volvió a tensar.

—¿Naruto?.— Kurama, ayuda.

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Buenas!!!

Espero que les guste el capítulo, es corto pero tratare de hacerlo mas largo para la próxima. Desde ya, gracias por leer.

Atte. Una Fujoshi que los ama.

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