Quédate.

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  Narra Naruto.

El día que tenía que ir a visitar a Sasuke no pude ya que vinieron del centro para niños a llevarla, me dijeron que no estaba apto para cuidarla.

Lastimosamente, no puedo hacer nada soy un simple niño pobre, el cual ni padres tiene. Nunca olvidaré la cara de Hinata cuando vinieron a buscarla, era de horror puro.

La imagen vuelve a mi cabeza y me aferro más a Sasuke. Me había asustado cuando Sasuke me agarró del brazo, pero ahora me siento bien, necesitaba esto, necesito a alguien que me de su hombro para llorar.

Me acaricia la cabeza, luego de un rato me tranquilizo y me aparto de apoco de él.

-¿Ya estás mejor?.- pregunta, su tono de voz es diferente, suena como si realmente estuviera preocupado. Asiento y me seco las lágrimas.

-Tengo que irme.- digo en un hilo de voz, realmente debía irme, no quiero que Sasuke me siga viendo así.

-No.- me agarra de la muñeca y me lleva al sofá.- te quedarás.- ¿tendrá fiebre?, este no es Sasuke.

-Tengo que irme, tengo cosas que hacer y-

-Yo te ayudaré -, lo miro impactado.- te prometo que en menos de dos semanas tu hermana estará contigo de nuevo.-

-Eso es imposible -, no quiero que se burle de mí.- No te burles.- digo entre dientes.

- ¿Piensas que me estoy burlando?.- asiento. Extiende su mano derecha y me toca la mejilla, con su pulgar me toca mis labios, en un movimiento en vano intento apartar su mano de mí, pero él fue más rápido y me sujetó por la cintura.- mírame a los ojos.- No le hago caso.- Naruto -, susurra en mi oído.- mírame a los ojos.- una corriente paso por mi espalda, levanto la vista y nuestros ojos se conectan.

Sus ojos negros, su tes blanca... es muy hermoso.

- Recuperaré a tu hermana, pero con una condición.-

-¿Cuál?.- la voz me tiembla.

- Volverás hacer mío.- acaricia mi mejilla, cierro los ojos y me aparto de él.

-No -, escucho como susurra un: "¿qué?".- Lo que oíste, no, Sasuke.-

- Está bien.- Lo miro y en sus ojos puedo ver que tiene una batalla con él mismo.- entonces... solo quédate... quédate conmigo.-

No puedo negarme. Aunque quisiera, no puedo.



Habían pasado tres días, no he visto a Sasuke durante este tiempo y tampoco he podido ver a Hinata. Realmente me andan pasando cosas rara, Kurama se está saliendo de control, por cualquier cosa se enoja y no puedo remediar eso.

Shikamaru me anda haciendo compañía, pero veo que se está llevando mejor con Gaara, Chouji: un niño gordo de nuestro salón, es muy amigable, pero cuando se trata de compartir comida es muy irritante, también se suele juntar con nosotros.

Este fin de semana quedé con Hinata, antes que se la llevaran, que íbamos a ir al cementerio. Pero creo que no se va a poder.

- Oye, idiota.- me giro y veo la cara de Shikamaru.

-¿Qué?.- digo sin ganas, estamos en el comedor, es la hora del almuerzo y no tengo mucho apetito.

- Presta atención cuando te hablo.- ruedo los ojos.- que fastidio.- 

- Ok, ok. ¿que me est- Sasuke.- nos vemos después.- me despido rápido y salgo como alma que lleva el diablo. Corro por los pasillos hasta que veo una melena azul marino. Voy a gritar su nombre, pero veo que habla con una chica de melena rosa: Sakura.

Ella le sonríe y él a ella, le agarra por la cintura y la besa. Duele.

¿Por qué me duele, sí se supone que ya lo olvidé?

- ¿Lo que me dijo la otra vez fue mentira?.- 

-Claro que fue mentira. ¿Qué esperabas?.- me dice Kurama.- dejame salir y lo voy a poner en su lugar.- niego.

-No.- susurro, para mis adentros.

Me giro y salgo corriendo mientras las lágrimas caen por mis mejillas. Salgo del instituto y me dirijo a... donde sea, donde nadie me pueda escuchar, donde nadie pueda sentir compasión por mí, donde nadie me conozca, donde sólo esté yo y mis sentimientos.

Luego de correr por varios minutos, me fijo en donde estoy, miro hacia mi derecha y veo el cementerio. Al entrar al cementerio un sentimiento me indica que deje de llorar, para el funeral de mis padres no pude llorar y fui criticado por ello, en ese momento no me importó pero ahora que lo veo y que pienso en ese momento me siento que fui y que soy un mal hijo. ¿Qué pensaran mis padres si se hubiesen enterado que era gay?, ¿se sentiría decepcionado de mi? o ¿me hubiesen apoyado?.

Sea cual fuera su reacción me hubiese encantado decirles lo que realmente soy. Soy un chico fracasado, el cual no puede ni cuidar de una niña, el cual no pudo llorar en el funeral de sus padre, el cual es homosexual y la persona que ama es inalcanzable. Soy un ser que con sólo mirarme en el espejo me doy asco y repulsión. No sirvo para estar aquí, me han engañado tantas veces y ahora... y ahora ya no doy mas.

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Para: ukes.

El capítulo es corto pero espero que lo hayan disfrutado, desde ya muchas gracias.

Los amo <3... 

Atte. Una fujoshi con muchos deberes del colegio.

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