La vuelta al mundo en 80 dias

#13

Entre tanto, los partidarios de Phileas Fogg se iban reduciendo en número; todo el mundo, y no sin razón, se volvían contra él; ya no lo tomaban sino a uno por ciento cincuenta, y aun por doscientos, cuando siete días después de su marcha un incidente completamente inesperado hizo que ya no se quisiera a ningún precio.

En efecto, durante aquel día, a las nueve de la noches, el director de la policía metropolitana había recibido un despacho telegráfico así concebido:

"Suez a Londres.

"Rowan, director de policía, administración central, Scotland Yard".

"Sigo al ladrón del banco. Phileas Fogg. Enviar sin tardanza orden de prisión a Bombay (India inglesa).

Fix detective".

El efecto de este despacho fue inmediato. El honorable gentleman desapareció para dejar sitio al ladrón de billetes de banco. Su fotografía, depositada en el Reform-Club con la de sus colegas, fe examinada.Reproducía rasgo por rasgo al hombre de cuyas señas habían sido determinadas en el expediente de investigación. Todos recordaron lo que tenía de misteriosa la existencia de Phileas Fogg; su aislamiento, supartida repentina, y pareció evidente que este personaje, pretextando un viaje alredeodor del mundo y apoyándolo en una apuestas insensata, no tenía otro objeto que hacer perder la pista a los agentes de la policía Inglesa.
He aquí las circunstancias que ocasionaron el envío del despacho concerniente al señor Phileas Fogg.
El miércoles 9 de octubre se aguardaba, para las once de la mañana, en Suez, el buque de Mongolia, de la Compañía Peninsular y Oriental, vapor de hierro, de hélice y spardek,* que pesabados mil ochocientas toneladas y poseía una fuerza nominal de quinientos caballos.
El Mongolia hacía sus viajes con regularidad desde Brindisi a Bombay por el canal de Suez. Era uno de los de mayor velocidad de la Compañía, habiendo sobrepujado siempre la marcha reglamentaria de diez millas por hora entre Brindisi y Suez, y de nueve millas cincuenta y tres centésimas entre Suez y Bombay