Capítulo 5: El rojo es la vida

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-El color rojo te queda perfecto.  Es elegante y a la vez es intenso.  Sensual.  Es el color de la vida y también el del buen vino.  Definitivamente elige el rojo.

Clive miró a William a través del espejo.  Se había probado varios tipos de tela para confeccionar un traje nuevo para el bautizo, que sería en cinco días.

-William...

El alfa le sonrió y Clive se mordió el labio.  William se levantó y le abrazó por detrás, soplando sobre su marca.  Clive se rió con ese cosquilleo.

-¿Ya han decidido color?  Necesitamos ponernos ya a trabajar si...

William dio dos pasos hacia atrás y le sonrió al espejo.  Clive se aclaró la garganta.

-Mi esposo cree que el rojo.

-Su esposo tiene muy buen gusto -dijo el dependiente -avisaré a la modista para que venga de inmediato...

-Mi ángel, ¿te importa si salgo a tomar un poco el aire y quizás tomar un café?  Sabes que a veces me puede resultar un poco molesto ver que esa modista te toque tanto...

-Me toma medidas y si, tranquilo.  Ve y que te de un poco el aire.  Pareces acalorado. 

-Lo estoy -le respondió William.

No le gustaba ir de compras pero en el estado de Clive le gustaba acompañarle por si se sintiera mal. 

Puso un pie en la calle y se dispuso a cruzarla.  Tomaría un café y quizás un trozo de empanada de manzana. 

Estaba haciendo el pedido cuando le pareció ver lo que debía ser un espectro del pasado destinado a perseguirle por siempre.  Incluso en Nueva York. 

Sobre un coche de caballos descubierto de los destinados a los turistas iba Elizabeth.

-¿Algún problema, caballero?  -preguntó el dependiente del café.

-No, todo perfecto.  Iré a buscar a mi esposo.  Está acabando de dar los últimos toques a un traje para un bautismo.

Cruzó la calle de nuevo y se encontró con que Clive ya estaba saliendo de la tienda.

-Lo enviarán a casa en dos días... estás muy pálido, cielo.  ¿Te sientes bien?

-Si... y no.  Vamos a casa, hay algo que quiero contarte.  O mejor, vamos a casa de Louis y Jason.

-Mariano ha logrado que Keith acepte acompañarle como pareja al bautismo.  Será su primera aparición oficial como pareja.  Keith ha dudado mucho pero lo hemos convencido.

-Debemos ser protectores con él.

-Parece que nos persigue el escándalo.

-Aunque sea con un océano por medio.





Louis se miró al espejo y luego se giró para que su marido le viese.  Frunció los labios tratando de ser seductor.

-He logrado meterme en este traje que no llegue a estrenar antes del embarazo.

Jason creía que le quedaba ajustado, pero no iba a ser él quien pusiera su cuello bajo la guillotina con un comentario de esa clase. 

-Acaba de llegar su tío -dijo el ama de llaves.

-Vamos -dijo Jason.



William estaba preocupado.  Lo que iba a hacer equivalía a confesar una de las cosas de las que no estaba orgulloso respecto a si mismo y era la relación con Elizabeth.

Pero si ella estaba en Nueva York, en cualquier momento podía ocurrir una fatídica casualidad y encontrarse con Clive.

Prefería desactivar el problema antes de que realmente lo fuese.

Louis y Jason entraron en el salón.

-Maldita sea, Louis, ese traje te queda demasiado apretado.  No creo que puedas respirar -dijo William entonces.

-¿Eso es verdad? -Louis miró a su marido – lo veo en tus ojos.

-Louis...

-Si en vez de ser mi tío hubiese sido otra persona no me hubiese dicho nada por educación.

-Por favor, sentaros.  Hay algo que os tengo que contar.

Cuestión De Dos ||Wive||Zarry||Niam||Lason|| Historical-Fiction|| Où les histoires vivent. Découvrez maintenant