Capítulo 54: Fuegos de artificio o arte perdurable

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Kieran sujetaba en sus brazos al bebé. 

-Nicholas es muy serio y buen abogado.  Él mismo te dirá que pasos necesitas para encontrar a tu esposo o legalizar tu situación en Inglaterra.

-Ayer no parecía sentirse muy bien.

-Él mismo me dijo que te diera esta tarjeta -insistió Liam.

-Puedes dejar al bebé conmigo -dijo Niall.

-De acuerdo.  Supongo que intentarlo no me cuesta nada.  Porque no va a cobrarme... ¿verdad?

-Kieran, no te preocupes por eso -Liam abrazo a Niall – ve y habla con él.

Niall aceptó su abrazo aunque seguía tenso.  Kieran había notado que algo ocurría entre el matrimonio desde que habían subido el carruaje para abandonar la casa de los Malik, y temía que ese algo fuese su presencia.

-Iré.  -Kieran sujetó la tarjeta.

-Tienes nuestro carruaje a tu disposición.





Nicholas había ido a trabajar como cada día.   Se había despertado en su cama sin saber cómo había llegado hasta allí y con una resaca importante, pero decidió que lo mejor era refugiarse como siempre había hecho en la seguridad de su despacho y los asuntos legales.  Ese día eligió lo más monótono y que le exigía menos esfuerzo de pensamiento.  Temas económicos, aburridos, o revisiones de herencias. 

Su despacho era todo lo contrario a lo que era él, pero la gente solía creer lo contrario.

Los muebles grandes y aburridos de maderas nobles y oscuras.  La recepción con una secretaria que manejaba los archivos y la agenda y un gran sofá de terciopelo verde oscuro.

Era lo que cualquiera esperaba de un abogado aburrido y caro. 

Detuvo la pluma.

Justo lo que era.



Kieran estaba intimidado.  El despacho de Nicholas se encontraba en un primer piso de un edificio de cuatro, todos destinados a oficinas. 

Parecía carísimo y se sentía fuera de lugar aunque llevaba el que era el mejor de sus trajes. 

Subió las escaleras.  La puerta estaba entreabierta.  Había una placa dorada en la misma con el nombre de Nicholas y la leyenda "Pase sin llamar".

Lo hizo.

Había una mujer rubia y joven ordenando lo que parecían fichas.

Se detuvo frente a ella y esperó.

Pasaron unos minutos pero ella le ignoró de un modo deliberado.  Tosió para tratar de hacerse notar.  La mujer siguió ordenando los pequeños trozos de cartón.

-Perdone... quiero ver al señor Russell.

La mujer suspiró.

-¿Tiene cita concertada? 

-Pues no, pero él me dijo que...

-No atiende sin cita concertada.  Y su lista de espera es larga.  Y sus honorarios muy altos.  Creo que la clase de abogado que usted está buscando está en otro barrio.  Pruebe en Whitechapel.

Kieran se quedó callado.  No le salían las palabras.

Entonces alguien habló tras él.

Cuestión De Dos ||Wive||Zarry||Niam||Lason|| Historical-Fiction|| Où les histoires vivent. Découvrez maintenant