Capítulo 4

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CAPÍTULO 4

    El silencio de Pop's me recordaba por qué Betty y Veronica insistían tanto en que debíamos hacer algo por el lugar. No había nadie en el local, ni un alma de no ser por mí y el viejo Pop. Habíamos compartido tantas experiencias aquí, tantos momentos que quedarían para la posteridad, tantas noches de batidos y hamburguesas... Simplemente no lograba comprender que pudiera acabarse para siempre. Estaba, por supuesto, de acuerdo con mis dos amigas y lucharía lo que hiciera falta para conservar nuestro pequeño rincón sagrado.

    ―Debería irme ya, Blaze ―musitó Pop desde la barra―. Es tarde y ya nadie viene por aquí.

    Proferí un suspiro de desesperación.

    ―Jughead llegará en cualquier momento.

    El hombre se encogió de hombros no muy convencido. Frente a mí tenía un batido de fresa a la mitad que no conseguía acabar. Tenía el estómago revuelto desde la visita de Jug y Betty y el discurso que les había echado a mi madre y Cheryl. Di vueltas al líquido con la pajita, notando el nerviosismo incipiente que subía por mi garganta, donde se me formó un nudo. Había venido aquí para escuchar la verdad, sin embargo, no estaba lista para perdonarla. Me sentía bastante traicionada después de aquella nefasta sucesión de hechos en mi vida y, por mucho que me esforzara en seguir el rumbo adecuado, me percataba de que no hacía más que distanciarme.

    Escuché una campanita que indicaba que alguien había entrado al local. Me giré desde mi asiento para comprobar que era Jughead y tensarme. Lo peor de todo era que lo que antes había sido mi consuelo ahora me atormentaba. Solo desearía que fuera un sueño que terminara pronto. El susodicho caminó hacia mí con su gorro entre las manos, cosa que puso mis sentidos en alerta. Se sentó en el asiento de enfrente, posando la prenda sobre la mesa. Murmuró un "Lo de siempre" para Pop y a continuación centró su mirada en mí. Mi mandíbula estaba apretada de forma inconsciente. Nada más darme cuenta intenté relajarme, pero fue en vano. Así pues, esperé paciente a que el dueño del lugar le trajera su pedido a Jughead, unos minutos en los que ninguno de los dos pronunciamos palabra. Solo al llegar su batido Jug respondió con un anodino "gracias".

    ―Gracias de nuevo ―soltó él tras darle un sorbo a la bebida.

    Sacudí la cabeza en un intento de restarle importancia. Sabía que FP no merecía tantos años de cárcel cuando el verdadero culpable era mi propio padre, de modo que había elegido hacer el bien.

    ―Puedes empezar desde el principio. ―En seguida cambié de tema. Quería zanjar el asunto lo más pronto posible―. Soy toda oídos.

    El rostro de Jughead empalideció, pero no se echó atrás. Tomó aire y comenzó a relatar su retahíla de acontecimientos.

    ―Betty me ha contado que lo has descubierto por una conversación que tuvieron ella y Veronica. ―Asentí rememorando la escena―. Creo que es una tontería. Yo... es decir, mi meta era escribir una buena novela y quería implicarme en ello, así que consideré la posibilidad de descubrir más de los Blossom gracias a ti. Blaze, cada palabra que te he dicho era cierta, de eso que no te quepa duda.

    » ¿Recuerdas cuando saliste del baile y empezamos a hablar? Vi una oportunidad. Siempre me habías parecido una chica misteriosa. ―Bajé la vista hacia mi propio batido. No me gustaba mirarle a los ojos porque entonces descubriría lo mucho que ansiaba regresar a sus brazos. Mi orgullo, sin embargo, era mayor―. No sé si recordarás que al principio no te dejaba leer lo que escribías por miedo a lo que pudieras pensar. No pasó mucho tiempo hasta que me percaté de que valías la pena. Mis actos fueron erróneos, lo sé, pero tampoco creía que nadie fuera importante en esta ciudad absurda aparte de Archie y Betty.

BLOODY LOVE ; JUGHEAD JONES [2] ✅Où les histoires vivent. Découvrez maintenant