Capítulo 36

3.7K 327 50
                                    

CAPÍTULO 36

POV JUGHEAD

    Sabía que tenía que hacer algo; lo que no sabía era cómo. A Toni no le había gustado el artículo que había escrito sobre su abuelo, ese en el que incriminaba al General Pickens y lo rebajaba a un villano porque, desde luego, no era el héroe que todos pensábamos. Necesitaba ayudar a los Serpientes, al Sur, pero insistían en quitarme la voz.

    Y por encima de todo, Blaze. Siempre volvía a Blaze, una y otra vez. Cómo no hacerlo si cuando me miraba algo se encendía en mi interior, casi como la primera vez. Cómo no caer rendido si su risa parecía llamarme.

    A veces me olvidaba. Me decía a mí mismo que esto era una tontería y que tenía que ir ahora mismo a verla y besarla como nunca. Algo así había sucedido unas noches atrás, cuando había acudido a su casa. Entonces pensaba en que ella había besado a Archie. Es más, había visto unos carteles que, por si no lo creía antes, ahora me lo confirmaban todos. Ver esos posters había sido un golpe bajo, pero la mirada dolida de Blaze había sido lo peor.

    El abuelo de Toni me había dicho que había abierto una herida y tenía que actuar rápido para cerrarla de nuevo. Estaba de acuerdo con él, pero no solo en cuanto al artículo. No era capaz de alejarme de Blaze, dudaba que en algún momento lo fuera.

    De momento debía solucionar los problemas uno por uno o terminarían sobrepasándome. Por ello hoy me encargaría de pedir justicia por el abuelo de Toni y todos los habitantes del Sur que alguna vez habían padecido los insultos y malos tratos de los norteños.

    El día del General Pickens causaba gran expectación. Todos los puestos estaban ya montados, los ciudadanos paseando y charlando despreocupados. Para ellos esta era una ocasión que merecía una celebración digna, cuando en realidad todo eran mentiras. En Riverdale no había quien se salvase; todos tenían algo que ocultar.

    Los Serpientes, tanto jóvenes como adultos e incluso ancianos, estábamos reunidos con nuestras pancartas. Escuché la voz de Fred Andrews dando la bienvenida, pero apenas le presté atención. Lo único que me interesaba era mi plan, el cual se me había ocurrido gracias a la ayuda del abuelo de Toni.

    ―¿Preocupado, Jones?

    Toni se aproximó a mí con tal sigilo que no me di cuenta. Di un respingo. Había estado en mi mundo, pensando en las consecuencias de nuestra pequeña revolución. Tenía sed de sangre. Tenía ganas de demostrar de lo que éramos capaces.

    ―No ―mentí. Ya era un experto en ocultar la verdad―. Quiero empezar ya.

    A unos pasos de nosotros vi que Fangs abrazaba a una chica recién llegada. Cuando se apartó distinguí el inconfundible cabello de Blaze y me dio un vuelco al corazón.

    ―Es una de nosotros, Jughead ―dijo Toni―. No puedes huir de ella.

    No había informado a Blaze de nuestra protesta porque todavía no me hacía a la idea de que perteneciera a los Serpientes. Ella era de un mundo completamente diferente, pero ahora que la veía junto a Fangs y Sweet Pea notaba que encajaba bien en el grupo.

    Toni me dio un golpe para que volviera a la realidad.

    ―Vamos.

    Me pasó la cinta adhesiva y me la puse en la boca. Por el rabillo del ojo vi cómo Sweet Pea hacía lo mismo con Blaze, pero en este el caso él se la colocó a ella. La imagen me puso enseguida en tensión.

    Comenzamos a movernos en mandada con todas nuestras pancartas en alto. Veronica y las Pussycats, a excepción de Josie, estaban cantando. La música acompañó nuestra marcha mientras los presentes nos observaban entre anonadados y enfadados. Mis amigos se encontraban entre la multitud y, de hecho, me reconocieron, pero no hicieron ningún comentario al respecto. Salvo las cantantes, todos habían enmudecido.

BLOODY LOVE ; JUGHEAD JONES [2] ✅Onde histórias criam vida. Descubra agora