-¿Como sabemos que nos podemos fiar de vosotros?-dijo Mike con voz clara y firme desde la otra orilla del río.
-Nos beneficia a partes iguales, es la única manera que tenemos de derrotarlos- dije seria mientras observaba a toda su manada.
-Aceptarem...
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-CHERILL
Solo sentía los latidos de mi corazón. Intentaba ser lo más silenciosa posible. Los arbustos me permitían esconderme de mis presas, las cuales en unos pocos segundos, iba a atrapar con mis afiladas garras. Esperé el momento oportuno y me lancé.
Con un movimiento rápido desgarré su garganta y las de sus crías, pues necesitaba alimentar a toda mi manada.
-¡Cher! -gritó mi hermano volviendo a su forma humana- venga, ya hemos cazado suficiente, llegaremos tarde a la cena, además, ya estamos muy cerca del rio.
-No creo que se quejen por la tardanza, viendo el manjar que les llevo-conteste cuando me transformé también.
El soltó una carcajada y volvimos juntos a las cabañas.
-A buenas horas- se quejó el estúpido de Mike.
-Tu sigue quejándote y te quedarás sin cena- le mire amenazante.
-No empecéis- dijo Scarlett mientras traía la cena que acababa de preparar a la mesa.
-¿Dónde está Max?-pregunté.
-Durmiendo, como siempre-respondió Sam.
-¡¡Max, baja a comerte la puta cena!!-grito Mike.
-¿Tienes que ser siempre tan desagradable?-le contesté mirándolo y resoplando.
-Si hubiese ido yo a por la cena no hubiera tardado tanto- me contestó el muy cara dura sonriendo con aires de suficiencia.
Le gruñí. Subí las escaleras y me fui directa a la ducha, mientras los demás preparaban la mesa.
Una vez acabamos todos, fuimos hacia el salón y nos sentamos en los sofás pasando por alto las ya conocidas peleas de Sam y Mike para ver cual llegaba primero al sofá grande. Después de la escenita que montaban todas las noches me dispuse a organizar los horarios de caza.
-Últimamente los Lodge han estado rondando mucho por la calle 24- nos informó mi hermano Paul.
-Seguramente tiene que ver con la muerte de Sammanta Lane.-dijo Max bajando por las escaleras.
-Bello durmiente- le dijo Sam a la vez que le enviaba un beso al aire.
-Gilipollas- le dijo sonriéndole sarcásticamente.
-Seguro que ellos son los culpables-los acusó Sam pasando por alto el comentario de Max.
-Eso no lo sabemos Sam- intervino Scarlett- No quieras hacer una guerra de todo esto.
-Sam tiene razón- lo apoyó Mike-¿Quién si no iba a ser?, si antes de que llegaran en este pueblo nunca pasaba nada.
-Scarlett tiene razon, no los acuseis sin ninguna prueba o razon evidente- intente tranquilizar la situación- Max y Dionis, mañana me acompañareis a ver a Phoebe-miré la sala extrañada de no haber escuchado ni una sola vez la voz de Dionis en toda la noche-¿Dónde está Dionis?
