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CHERILL

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CHERILL

Entramos al gran edificio. Al entrar dos personas nos guiaron hacia un gran salón, de las paredes de madera levitaban unos tapices granate con un símbolo que daba mal royo, habían velas por todos lados y una gran mesa redonda donde nos hicieron sentarnos

–Sentaos en unos segundos os recibirán.- cerraron la gran puerta de madera.

-¿Es que no tienen electricidad?- me susurró Dionis.

Max se rio – Se han quedado en otro siglo- le dijo dándole un empujoncito con el hombro

Por muchas veces que hubiera venido aquí aún seguía pareciéndome turbio este sitio y los brujos también, Max notó mi mal estar y juntó mi mano con la suya muy sutilmente por debajo de la mesa, me recorrió una ligera corriente que me hizo sentir segura le apreté la mano a modo de respuesta y él me sonrió.

-Bienvenidos- me asusté de escuchar la voz de Phoebe detrás de nosotros –A qué se debe esta grata visita- se sentó en la silla de enfrente de nosotros la cual tenía un gran respaldo rojo.

-Phoebe...- respondió Dionis con una sonrisa realmente falsa, mientras se levantaba para darle un abrazo, el cual ella rechazó

-Ahórrate las falsedades, ¿qué queréis? – me miró directa a los ojos, no pude distinguir bien su color ya que la mitad de su pelo rizado y seco con algunas hojas revueltas  tapaba su rostro, solo podía ver su gran nariz y sus gruesos labios pintados de un morado oscuro. No sé cuántos años tendría esa mujer pero por las pocas arrugas que podía ver y su delgado cuerpo podía echarle unos 200 años de bruja.

-Queremos saber a qué se deben las continuas visitas de los vampiros-me crucé de brazos soltando bruscamente la mano de Max.

Ella solo se limitó a contar con los dedos, mis amigos y yo nos miramos, Dionis hizo el amago de levantarse e irse, pero agarre el cuello de su camiseta negra e hice que se volviera a sentar.

-¡Enserio Cherill suéltame, están chiflados, vámonos! - me dijo histérico Dionis mientras tiraba de mi mano

Justo en el momento en que la mano de Phoebe se había convertido en un puño tras finalizar la cuenta atrás, se abrieron las puertas de la enorme sala y aparecieron los Lodge.

-Sentaos- dijo la bruja enfadada, todo obedecimos y tomamos nuestros asientos. Los vampiros se pusieron enfrente de nosotros manteniendo distancias.

Fueron apareciendo brujos de distintos rincones de la sala y se fueron sentando en las sillas sobrantes, la vampira rubia nos miraba asqueada, especialmente a Dionis. Justo en el momento que íbamos a pregunta por qué se habían presentado aquí los Lodge, los candelabros de las paredes se iluminaron. Y Giorgio, el aprendiz de Phoebe se levantó y empezó a leer un pergamino.

- Por la pérdida de control de Brise Heller Lodge y como consecuencia el peligro de los ciudadanos de Sate ville,  sentenciaremos  a este y a su familia a un castigo, en el cual no se les otorgarán las bolsas de sangre acordadas durante un determinado tiempo. Para evitar que esto suponga un riesgo para los habitantes, uno de vosotros será marcado con una runa, que no desaparecerá hasta que nosotros lo veamos conveniente y no permitirá que os acerquéis a la calle 24 y a la ciudad.

Pude notar la angustia de los Lodge desde aquí, si ya eran pálidos ahora eran transparentes.

-Eso no es justo, fue culpa del capullo de Dionis, fue el quien empujó a un alumno contra una mesa para provocarme - saltó Brise, que estaba cogiendo  la mano de Daphne.

-El control lo perdiste tú, si hubiera sido accidental también habría pasado lo mismo- sentenció Phoebe, todos nos callamos.

Giorgio se acercó a Phobe con una copa color bronce con unas piedras verdes incrustadas, automáticamente Brise se levantó pero Daphne le estiró del brazo hacia abajo y volvió hacer que se sentase,

-Yo lo haré- murmuró Daphne con una media sonrisa restándole importancia. Esto me sorprendió pues no sabía que los chupasangres tuvieran corazón.

Se levantó y se dirigió hacia la bruja, esta le entregó la copa y Daphne se la bebió de golpe.

Dejó la copa sobre la mesa y se apoyó en esta cerrando los puños y tensando los brazos  y por la manera en que cerraba los ojos estos delataban su dolor. Observé como Dionis bajaba la cabeza y Brise se tocaba los rizos de su nuca preocupado. Todos los Lodge estaban muy tensos y la preocupación se reflejaba en sus ojos al ver a su amiga en esa situación, durante un fugaz momento Allan, unos de los miembros del aquelarre Lodge, miró con odio a Dionis mientras Max mostraba indiferencia. Yo me dedicaba a analizar la situación y aunque no me gustaba admitirlo no era agradable de ver lo que estaba sucediéndo.

Todos pudimos ver como empezaba a aparecer una mancha negra en el cuello de Daphne y como empezaba a transformarse en el símbolo de los tapices y los sellos de los brujos.

Cuando hubieron acabado los efectos de la pócima los magos nos acompañaron hasta la puerta.

-Y a todo esto, ellos porque están aquí- dijo Patrick a Phoebe antes de cruzar la puerta.

-Veníamos a preguntar por qué veníais tanto por aquí, pero ya nos ha quedado claro.

-Tenéis 5 minutos para salir de aquí sino la runa empezará hacer efecto y no quieres que eso pase- le dijo Phoebe a Daphne

Una vez salimos del edificio nos dirigimos hacia el bosque

-Me voy a quedar un rato cazando- nos informó Dionis.

-Vale, pero no desaparezcas tres días como la última vez- este asintió sonriendo y se fue.

Sate Ville Where stories live. Discover now