Work Bitch

ESPECIAL

Estábamos arruinadas, osea me refiero al dinero, porque de cara seguimos preciosas de guapas.

Pero estábamos en casa con mucha caloncha, calor en la... Bueno ustedes ya saben.
Hacia mucho calor para ser invierno.

Y de pronto mi teléfono en forma de labios(de la boca no de otro lado) sonó.

—¿Yo aquí, quien allá?.

—Hola Foxy... Soy Antonio, tu ex.

—Hola mi cielo, ¿Como estás?.

—Bien... Yo solo quería... Ahora que es navidad pues... Quería invitarte a ti y a July a la cena de noche buena, ¿Aceptas?.

—Pero tu mamá nos odia, después de que les quemamos la mansión.

—Si bueno, yo sabré tranquilizarla, se que están pasando por un mal momento.

—Si bueno, quemamos tu casa y por cierto, ardió bien rápido, si que era bien flamable tu casa.

—Si pues, olvidemos eso. Te mando la dirección y vengan mañana a las 9 de la noche. Sinceramente no quiero que pasen esta fecha ustedes solas.

—Gracias mi papuchi, y de paso podremos revivir buenos tiempos. Como aquella vez que te besé la...

—¡Si, si, si ya recordé!, no hace falta que lo digas. Entonces te espero mañana, no faltes.

—Ahí estaré papuchi.

Ay Dios, hoy es nuestro día de suerte, bueno... Mi día de suerte osea hello.

—¡July, no hagas planes para navidad!.

—Osea, ¿Ya no vamos a comprar pollo en KFC, ni veremos Geordie Shore?.

—No wey, osea hello alivianate. Mi ex cielo nos invitó a cenar a su casa mañana en navidad.

—¿Tu ex cuya tía atropellaste por  confundirla con la llorona pero en realidad era una vieja loca desquiciada?.

—Osea no, que oso. Me llamó Antonio y quiere que vayamos a cenar y todo, osea tengo otra oportunidad de ser millonaria.

—¿Y la suegra loca?.

—Ay July, los ancianos tienen mala suerte cuando se acercan a nosotras, obvio no durará mucho.

—Ay mana tienes razón.

—Además, como voy a querer pollo KFC, cuando puedo comerme una salchicha blanca.

—Que vulgar Foxy, osea hello, que mal gusto.

Al día siguiente el día de la navidad en la casa(futura casa mía) de Antonio y mi suegra loca...

—¡Holi, ya estamos aquí!. — Grité mientras me acomodaba mi nuevo vestido, el cual era muy cortito aunque hacia frío, lo importante es la puteria, sin importar si afuera está la era glacial, lo único que importa es enseñar la mercancía.

Mi novio, digo mi ex novio abrió la puerta y nos recibió.

—Pasen, me alegra que hayan venido.

—De nada cielo, al contrario, gracias a ti.— Me acerqué y lo acerqué a mi para besarlo, pero mi suegris nos interrumpió.

—¡¿Que hacen estas dos aquí?!.— Gritó.

—Yo las invité.

—Pero Antonio, ellas mataron a la abuela y quemaron la casa.