¿Qué Pasó Ayer? [KnB] [Yaoi]

-AoKise-

—en serio se van —dice el rubio al mirar que algunas cajas que ya están repletas de cosas dentro

—no te deprimas Kise-kun porque seguiremos aquí para tu boda

—lo sé pero es que en serio voy a extrañarlos —ve a su hija y al de los Kagami jugar. —¿que pasará con su boda?

—aún será el mismo día. Después de eso nos iremos, dos días después para ser exactos —responde Taiga

—así que no te preocupes, iremos a tu boda

—eso es lo de menos, yo los quiero aquí en Tokio

—deja de ser egoísta. No es cómo que se fueran para siempre y se olviden de nosotros ¿o sí? —el de piel morena levantó una ceja mirando a la pareja

—no los olvidaremos

—entonces me siento más feliz —dice Akashi

—cambiando tema a uno más feliz. ¿ya están listos para la boda de Ki-chan y Aomine?

—es verdad, nos graduamos la siguiente semana y la boda será el sábado. —murmuró Himuro —Atsushi tenemos que pedir tu traje de una vez

—tardarán demasiado

—nadie te manda a medir más de dos metros

—ay no —Akashi sabía que comenzarían a pelear —no comencemos con peleas —frunció el ceño

—Entendido mami —se escuchó por parte de todos excepto de los niños y él.

[Dos semanas después]

—y tú Aomine Daiki... —el hombre fue interrumpido

—ajá lo que diga —giró los ojos

—Daikicchi. —lo regañó —puede continuar —le sonrió avergonzado al hombre

—¿prometen amarse y respetarse en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe?

—en la buenas capaz, en las malas difícil, porque no nos amamos, amamos como diría la gente

—¡Daiki/Aomine! —gritaron todos excepto el hombre que los está casando

—¡¿aceptan amarse, respetarse en las buenas y las malas hasta que la muerte los separe?! —gritó ya cansado

—acepto.

—acepto.

—los declaro... Esposo y ¿esposo? —dijo dudoso —¡bah, puede besarlo. Yo me largo! —salió casi huyendo del hermoso salón

—mira lo que provocaste

—cállate y disfruta de esto. —juntó sus labios con los del rubio

Los demás aplauden y hasta silban felices por la pareja. Todo iba bien aunque de vez en cuando Tatsuya tenía que correr a la mesa del pastel para alejar a su pareja de el hermoso y delicioso pastel, lo demás era risa y felicitaciones a la pareja que se ven demasiado felices en la mesa principal mientras juegan con su adorable hija. La paz reinaba hasta que llegó la hora de lanzar el ramo, ¡oh sí!; los ukes, Digo, chicos se acercaron asustando a las demás mujeres solteronas y chicas.

—no quiero que nadie muera —dijo sonriendo nervioso

—tranquilo hermanito nadie morirá —vio a su hermano alejarse —eso creo —murmuró nerviosa