Feather Words [destiel one shots]

Veintiocho

El departamento de Cas era precioso. Todo estaba en el lugar perfecto y apenas entrar, irradiaba una sensación de hogar.

Pero Dean apenas pudo disfrutar el lugar cuando Cas lo tenía contra la pared, sus manos sostenían las caderas de Dean con fuerza, y cuando el pelinegro chocó sus caderas con las del contrario, sonidos casi idénticos dejaron sus labios.

Dean enredó sus manos en el cabello de Cas y lo atrajo hacia si, disfrutando cada segundo de contacto.

-Cas- Dean suspiró y el pelinegro no necesitó nada más para levantar al rubio y llevarlo hasta el sillón.

Al dejarlo en el, se separaron un momento, con las respiraciones agitadas admiraron como el otro lucía.

-Maldición Dean, te ves tan bien con tus mejillas sonrojadas y jadeando para mi- Cas murmuró mientras sus manos acariciaban el pecho de Dean, bajando peligrosamente a su miembro. 

Con un rápido movimiento Cas se deshizo de su camisa y rápidamente se encargó de quitarle a Dean la suya, manos rápidas deshicieron su cinturón y con una sonrisa cargada de pasión Cas soltó el botón y bajó el cierre. 

Dean mordió su labio al ver como Cas se agachaba frente a el. El moreno lamió la punta y tomó parte del miembro erecto de Dean en su boca. Automáticamente las manos de Dean sujetaron el cabello de Cas.

Los labios del rubio se abrieron para dar paso a una cadena de maldiciones y alabanzas para Cas.

Luego el tiempo se hizo una nube borrosa de placer y antes de notarlo Dean estaba en cuatro, su cabeza presionada contra una almohada y su trasero en el aire siendo embestido por Cas. 

-Cas, oh Cas, maldición Cas- Dean jadeó contra la almohada y sus caderas se movían solas contra las embestidas de Cas. 

El moreno sujetaba a Dean con fuerza suficiente para dejar marcas y a Dean no podía importarle menos.

-Dean, te sientes tan bien Dean... joder, tan apretado- Cas gruñó.

Dean sintió el familiar calor en el bajo vientre y trató de advertirle a Cas.

-Cas... ah Cas-

-Lo se cariño, yo también lo siento-

Las embestidas de Cas se aceleraron y pronto ambos llegaron al clímax con un gemido que contenía el nombre del otro.

Lo siguiente que Dean supo fue que los rayos del sol calentaban su cuerpo, junto al de Cas.