ENAMORATÉ

Siete

Era el cumpleaños de su mejor amiga por lo que habían organizado una fiesta en casa de Zack, el primo de Flammy, con sus ex compañeros y amigos.

Eran aproximadamente las 6 pm y aún estaban en casa de la cumpleañera probandose varios tipo de ropas.

—¿Recuerdas a Tyler? El que estuvo en la fiesta de cumpleaños de Jey.
—Claro que me acuerdo. Es difícil de olvidar a alguien como él. —se parecía mucho a Jay en lo guapo, Tyler tenía el cabello rubio oscuro y ojos color café.
—Bueno, ha estado preguntando por ti.

—Nooo. ¿De veras?—dejó de plancharse el cabello y miró a su amiga.
—Eso me dijo Jey. Me preguntó si podía traerlo esta noche y le dije que si.
—Tyler... ¿en serio? —le costaba comprender que un chico como el primo de Jeisson se fijará en ella ya que siempre andaba rodeado de chicas universitarias y por supuesto, todas muy hermosas.
—Déja de menospreciarte. Sabes que eres preciosa y no solo por el hecho de que ese chico se fije en ti.

—Ay no lo puedo creer.—dijo muy entusiasmada la morena mientras Candy escogía que ponerse.

—¿Cuál de los dos me pongo?—cuestionó indecisa señalando dos pantalones cortos.

—¿Hasta cuando vas a seguir vistiendo con ropa de niña, ya no somos unas adolescentes?

—Aun lo somos.—rodó los ojos.

—Somos mujeres. Adultas. Ya no tenemos catorce años.

—Lo sé y no son pantalones de niña. Pero no voy a ponerme vestido. Soy demasiado torpe y siempre me descuido lo que llevo puesto.—se quejó la rubia viendo su reflejo en el espejo. Su amiga le había escogido un vestido muy parecido al que usó en la fiesta de Terry.

—Ese te quedará perfecto.

—Sabes que no soy fans de los vestidos.

—Vamos Can. El que usaste en casa de Terry te trajo suerte.

—Si, claro.—inmediatamente su cabeza trajo los recuerdos de ella y Terry en un apasionado beso.

— Es hora de dejar los pantalones cortos a un lado y mostrar más tus encantadoras curvas.—dijo la morena alejando aquellos recuerdos— Los vestidos resaltan todo tus atributos.

—No voy a convencerte, ¿Verdad?

La morena negó con la cabeza.

Candy tomó un lindo mono corto blanco con flores grandes en rojo, no precisamente un vestido ni un shorts sino una mezcla de ambos.

—Asi me gusta—dijo Flammy felizmente.

Candy terminó de vestirse. El monito le quedaba perfecto, era de mangas tres cuartos cruzado al frente formando un generoso escote en V, el color blanco le resaltaba el tono bronceado de su piel. Se decidió por unas sandalias de tacones altos rojas, luciendo sus largas y bien torneadas piernas.

—¿Cómo me veo?

—Hermosa.—dijo dando varios aplausos.

— No exageres.

—Para nada. Me gusta como te queda ese color. Además si piensas en Jey y quieres captar toda su atención, es perfecto—le dió un guiño.

—Cada vez que hago caso a tus consejos terminó arrepintiéndome.

—¡Oye!—dijo dándole un golpecito en el hombro.

—Bien. Será mejor darnos prisa o no llegaremos. Se suponía que ya tendrías que estar recibiendo a tus invitados.

—Déjame terminar de arreglar el maquillaje.

—Estas hermosa así.

Flammy habia escogido un vestido blanco perlado, corto, ajustado y sin mangas. Se puso tacones del mismo color, altos.