Marvel One-Shots

Tony Stark.

Maratón desaparición: II/III.
Título: California king bed.
Advertencia: Intento de sad.

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El tintineo de la campana anuncio que un nuevo cliente había entrado al pequeño café. La chica se dirigió a una mesa al final del café, le pidió al mesero un frapuccino y sacó de su pequeño bolso varias hojas y un lapicero.

Suspiró antes de empezar a escribir.

"Querido Tony:

Recuerdas cuando eramos jóvenes e ilusos, bueno no tú; cuando yo era joven e ilusa. Si no es así, pues yo si lo recuerdo a la perfección.

 Recuerdo cuando estábamos tan cerca que nuestras pechos iban al mismo ritmo, nuestras narices se rosaban y jugábamos con las palmas del otro. Cursi, pero así era. Nuestras muñecas amanecían adoloridas por el peso del otro sobre ellas (Yo odiaba eso porque tu te reías de mis quejidos) y nuestros pies se cruzaban en la noche. 

De verdad no sabes cuanto extraño eso (Incluso tu escepticismo cuando yo trataba de cocinar un pastel).

Pero ahora me pregunto: ¿Porqué cuando extiendo los dedos siento tanto vacío?

Mi respuesta es inmediata: Me faltas tú.

Mi cama ahora parece diez veces más grande sin ti, como si fuera una espesa niebla que me traga poco a poco. Parezco una princesa en apuros, soñando y pidiéndoles a las estrellas, como si estas pudieran ayudarme. Soy una tonta lo sé, tú lo sabes, todos lo saben.

Maldición. Aún sigo siendo predecible.

Recuerdo la primera vez que dormimos en la misma cama, yo aún era tu secretaria. Tu mejilla raspaba la mía y tu torso me aplastaba completamente. La vista de un tú tan adormilado me pareció infantilmente graciosa. Las cosas pasaron tan rápido, de un momento a otro ya lo habíamos hecho luego de emborracharnos; en la misma cama que ahora siento vacía. 

Si soy sincera, las sábanas aún huelen a ti.

No sé si lo sabes, pero cuando me pediste ser tu novia me sentí tan bien, algo en mi vida no era falso; porque lo que tu sentías en ese momento era tan real, tan genuino que parecía mentira.

Tus apodos eran tan tontos, pero los míos eran peores. 

Mi Rey de California. Escribirlo incluso es tonto. 

Eramos tan estúpidamente felices y no lo sabíamos. A veces me pregunto si lo que pasó entre nosotros fue sólo una ilusión.

Hay tanta distancia ahora entre nosotros. Tú en Nueva York y yo aquí en California.

 Me siento sola, Tony, pero sé que la cagué tanto que no voy a poder recuperarte. Y lo merezco, merezco sentirme tan sola.

Te amo, todavía lo hago. Y todos los días trato de no pensar en ti, en lo que posiblemente estarías haciendo o no.

Soy una estúpida. De verdad lo soy.

Y tú. Tú eres mi Rey de California, mi maldito Rey de California..."

La chica levantó su cara del papel que se había mojado por culpa de sus lagrimas. Repasó el lugar con su mirada; en una esquina se encontraba una pareja joven muy feliz, el chico tenía su brazo sobre los hombros de la chica y besaba su mejilla con ternura.