Capitulo 41

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(Inma)

Me desperté con un horrible dolor de cabeza. '¿Para qué beberé?' Pensé hundiendo la cara en la almohada. Miré a mi derecha, Juan Pablo aún estaba dormido y parecía feliz. Con una sonrisa boba en la cara. No me pude resistir a hacerle un par de fotos con mi teléfono, normalmente él se despertaba antes que yo y como no sabía cuando podría volver a disfrutar de aquella imagen quise inmortalizarla. Revise algunas de las notificaciones que tenía y vi la foto que él había subido la noche anterior. Había comentarios de todo tipo, pero no me detuve en leerlos. Solo me limité a contestarle. 'Poco puedo escribir, las palabras se me quedan cortas, así que solo diré que te quiero'.

-Buenos días, borrachilla - susurró

-Buenos serán para ti, que no tienes resaca - me quejé haciendo un puchero

-Eso te pasa por beber más de la cuenta - me sacó la lengua

Le di un golpecito en el hombro para que no se riera de mí, pero solo conseguí que lo hiciera aun más. Me levanté de la cama y fui directa al baño, una ducha me vendría de maravilla.

-¿Me haces un hueco? - dijo asomándose tras la cortina de la ducha

-Pues he pensado que no - le saqué la lengua

-Bueno en realidad las vistas, son mucho mejores desde aquí - se rascó la barba fingiendo concentración

-¡Ay ya, déjame ducharme tranquila! - le salpiqué

-Que mal te sienta tener resaca - se echó a reír

-Tonto - lo miré mal

- Yo también te quiero - me guiñó un ojo

Rodé los ojos y él riendo salió del baño. Cuando acabé de ducharme me puse algo de ropa cómoda y obviamente eso incluía una camiseta de Isaza. Él estaba en la cocina tomándose un café.

-¿Así piensas ir a ver a tus abuelos? - sonrió

-¿Perdón? - dije - ¿cuándo hemos decido ir a ver a mis abuelos?

-Lo he decidido yo, mientra me tomaba el café- respondió dejando la taza en el fregadero- así que voy a ducharme y nos vamos

No me dio tiempo de replicar. Fue directo a la ducha. Tomé un café rápido y fui a ponerme unos vaqueros, coloqué la camiseta que llevaba por debajo de la cinturilla del pantalón y me puse una chaqueta finita por encima, unas converse y lista.

-¿Y ahora que me pongo yo? -dijo abriendo el armario

-Puedes ponerte esta camisa - dije sacando una camisa de las suyas que me encantaba - y estos vaqueros, que te hacen muy buen culito -le dí un azote en el trasero

-¡Oye! - se quejó entre risas

Decidimos llevarnos a Malta con nosotros. Mis abuelos vivían algo apartados de la ciudad y tenían un enorme jardín en el que Malta podría jugar y correr todo lo que quisiera.Además se juntaría con Pancho um viejo perrito que adoptaron hacía ya varios años. Al llegar a la casa, vimos aparcado justo delante de la puerta el coche de Sue. Quizá con mis abuelos delante, conseguiríamos arreglar las cosas. 

-¡Mi niña! - exclamó mi abuela al abrir la puerta- qué linda sorpresa, no la esperábamos

-Alguien se empeño en venir a conocerles - señalé a Isaza

-¿Y quién es este muchacho tan lindo? - preguntó mi abuela- ¿y esta peludita? - acarició a Malta 

-Mi nombre es Juan Pablo - se presentó - soy el novio de su nieta y ella es Malta, mi perrita

-¡Ay no pues severo churro, mija! - exclamó mi abuela con ese acento tan colombiano- Mi nombre es Celia - dijo dándole un par de besos- Pasen pues

Isaza entró tras de mí con Malta aun agarrada con su correa. Mi abuelo estaba en el salón con Sue, quién también se sorprendió al vernos allí. 

-Mis dos nietas favoritas, se pusieron de acuerdo para venir a visitarnos - bromeó mi abuelo - ¿Y quién es él? - preguntó dándome un abrazo 

-Él es Juan Pablo - respondí - mi novio, y esta es Malta 

-Más le vale cuidar bien de mi nieta muchacho - rió mi abuelo estrechándole la mano a Isaza- y vos corra al jardín y jugueteé con nuestro perrito Pancho

-Hago lo que puedo - bromeó él soltando a Malta que salió disparada al jardín

Sue, apenas me miraba. Parecía avergonzada después de todo lo que me había dicho, así que fui a ayudar a mi abuela en la cocina que estaba preparando su riquísima bandeja paisa. 

-Creo que después de esta comida, voy a tener que correr durante un mes, para desgastarlo - bromeé

-Recuerdo que de niñas, Sue y tú siempre me pedían que les cocinara esto - rio

-Y aun te lo pedimos - dijo Sue desde la puerta

-Espero que arreglen sus diferencias - nos abroncó mi abuela - no me gusta verlas enfrentadas

-A mi tampoco - susurró Sue - se que fui un poco dura pero estaba muy molesta - dijo a modo de disculpa - lo siento

-Supongo que yo también lo siento - sonreí - si que quizá me preocupé demasiado por Villa, pero verme en una situación parecida a la suya hizo que me apegara un poco a él...

-Ya se pueden dar un abrazo - dijo mi abuela entre risas

-Solo si te unes a él, abuelita - bromeamos Sue y yo

Nos dimos un abrazo entre risas. Mi abuela siempre hacía que Sue y yo nos entendiéramos después de una discusión, era nuestra mediadora. Sabía lo mucho que nosotras nos queríamos y no le gustaba vernos mal la una con la otra, por eso siempre ponía de su parte para que nos perdonáramos sin importar el motivo de nuestro enfado. 

-¿Dejaste a Isaza solo con el abuelo? - reí

-¡Pobre muchacho! - bromeó mi abuela- seguro le da la charla de bienvenida a la familia

-O le amenaza, cual narco colombiano -añadió Sue riendo - si no trata bien a su nieta

-Espero que no me lo asuste - reí- para uno bueno que encuentro

Quise acercarme al salón y cotillear un poco, pero reprimí mis ganas, para darles ese momento de intimidad. Sabía que si mi abuelo aceptaba a Juan Pablo, había elegido bien, así que casi recé por que así fuera. 

¿Quién te dijo esa mentira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora