Todos lo Sabían

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Esta es una nueva historia en donde me estreno como escritor de The Loud House.

No va a ser largo (máximo creo yo 2 quizá 3 capítulos)

Advertiré que este fic va a contener drama (por si el título dejaba dudas) y bueno, ojalá les guste.

Por cierto, Leni es mi Loud favorita y esta historia esta planteada despues del capitulo NO SPOILERS.

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Tardó en comprender, como siempre.

Sin embargo, más que por su pobre capacidad cognitiva, creo que el motivo por el cual sus pensamientos no llegaban a la obvia conclusión fue porque simplemente no imaginaba que alguno de nosotros en esta gran familia; su familia, fuera capaz de hacerle algo así.

Nos miró por unos segundos con sus ojos brillantes eternamente ilusionados, con esa sonrisa blanca perlada que tanto llegaríamos a extrañar, ya que se fue desvaneciendo hasta que solo quedó una horizontal línea de confusión y tristeza.

Su vista comenzó a brincar de uno a otro buscando su mundo exacto pero la explicación se le iba de las manos, mientras nosotros reíamos nerviosamente siendo presas de una vergüenza apabullante, naciente de nuestra (en teoría) mayor capacidad.

En algún momento se dio cuenta de lo que había pasado y sentí un vacío inmenso al notar que, por un par de segundos, a mi hermana la más buena, la más noble, la que es todo corazón; se le fue el brillo. Se opacó su esencia.

Abrió sus ojos un poco más en cuanto comprendió todo.

La compra, la tarjeta, las distracciones de moda...todo había sido simulado.

Leni es de esas personas que las cosas que hace, las hace con determinación, fuerza, entrega y confianza.

Por eso sé que debió sentirse terriblemente ultrajada, humillada pero, sobre todo, tremendamente estúpida.

Mientras nos observaba el tiempo se me antojó eterno, pues nos miró con algo más que seriedad. Fue decepción, fue una inmensa tristeza. Sus ojos brillaron de nuevo pero por la excesiva lubricación de los mismos y me asusté al pensar que lloraría.

Estuve a punto de decir algo pero pudo más el nudo en mi garganta.

Todos sabíamos que habíamos usado su "problema", para dejarla fuera del cumpleaños de mamá.

Pero Leni no lloró, no reclamó, no dijo nada. No nos concedió el expiar la culpa a través de la indignación y la manifestación de su bien merecido enojo para con nosotros.

No.

Ella volvió a sonreír, restó importancia a lo sucedido y luego, siendo ella misma, le dijo a papá que su fiesta sorpresa sería la próxima. Les juro que ese día no se supo si lo hizo por su problema, o por darnos una bofetada en guanto blanco.

Quizá nunca lo sabré.

Luego la fiesta de mamá comenzó.

Hubo pastel, música y algarabía. El regalo especial que Papá le tenía a mamá y que solo abrirían a solas fue el escándalo y cereza de las risas y las burlas bien intencionadas.

Y ella era toda risa. Toda felicidad. Era Leni.

***

Lincoln se había dado cuenta que algo se había quebrado ese día en Leni., por más que ella misma hubiera aparentado estar normal. El chico albino giraba en su cama un tanto descompuesto. De un momento había deseado ir a pedirle disculpas nuevamente a su querida hermana, pero era mejor dejarla descansar. Ya sería un buen hermano con ella el día de mañana.

Su Hermana, La IdiotaWhere stories live. Discover now