Su Hermana, La Idiota

El Costo de la Paz

No sé que decir.

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Esa mañana de sábado era radiante. Los típicos sonidos de vehículos en la calle era casi nula y el cielo desbordaba un azul celeste hermoso.

Era algo curioso pues, viviendo en la casa Loud, encontrar un silencio tranquilizador como el de ese día, era poco común.

Dicho fenómeno se debía en gran parte, a que era sábado. Cada integrante de la familia se esparcía en sus actividades personales y abandonaban generalmente la casa para dedicarse a lo suyo. Para ser ellos  alejados de la pajarera en que se convertía habitualmente su hogar.

Aún con todo había algunos que preferían quedarse en la casa, y en esa ocasión quien no había salido, era la modista de la casa.

Con algunos alfileres en la boca se dedicaba desde hacía un par de hora a finalizar un vestido que una amiga le había casi rogado que le hiciera. Según que lo necesitaba para un baile familiar.

Pero eso a ella no le importaba. Ella era feliz con un objetivo en mente: el vestido.

Lo que para muchos era quizá un trabajo, para ella era emoción, gusto y concentración. Todo a su alrededor dejaba de tener relevancia cuando su vista estaba clavada en una falda larga de color salmón con acabados verde bandera, no, verde esmeralda semitransparente que la joven le había costurado en forma de tiras, buscando simular hierba que subía hasta casi la altura del muslo.

-Parecerá un atardecer en el bosque -Decía sin perder de vista la prenda ya imaginando algo que fuera a hacer un juego perfecto con la blusa.

Metida estaba en su mente imaginando formas y colores que no notó que otra de los Loud que no había tenido la oportunidad de salir entraba a la habitación.

-Literalmente te lo digo Bobbie, dijiste que vendrías este fin de semana y me dejaste con...¡WOOOW!, te hablo luego cariño- y colgó para acercarse a Leni y al vestido.

-Dime que este vestido es mi regalo de cumpleaños- exclamó la Lori a su hermana mientras veía el vestido como si fuera un delicioso pastel.

-¿Tu cumpleaños? Pero si ya pasó bobita, este es un encargo de una amiga-

-Oh por Dios- dijo la rubia mayor caminando alrededor del vestido con verdadera emoción

-Literalmente me tienes que hacer uno igual, ¡es hermoso!- dijo agarrando a su hermana de los hombros.

-Claro que no te haré uno igual hermanita- respondió Leni sin perder la sonrisa.

Lori se confundió un poco.

-A ti te haré uno mucho mejor- luego, le dijo en susurro- pero no se lo digas a Tania, se puede molestar-

Leni se sintió de pronto emocionada e inmensamente alegre de tener una hermana tan buena como aquella, y sin poder detenerse simplemente se lanzó a abrazarla-

-Te amo hermanita. Te amo mucho.-

-Yo también las amo- dijo un muy emocionado Lincoln que hacía de maniquí desde hacía horas con el vestido puesto en medio del cuarto. Su hermana leni se lo había pedido.

***

Yo también los amo hermanos.

Un mundo de un borroso verde azul se presentaba en una pequeña línea que se fue aclarando conforme Leni abría los ojos con pesadez. Se incorporó un poco en el árbol en el que estaba recargada y, justo al apoyar la espalda en la rugosa corteza, un dolor en la frente se le dejo venir con tendencias palpitantes.