"Si puedes".

220 30 9
                                    

Haru no esperaba una confrontación. No esperaba nada de esto, en realidad.

No una confesión.
No una discusión.
Nada.

Ni siquiera esperaba que Sousuke se atreviera a ir a verle después de que le mandó un escueto mensaje para cancelar el encuentro. Él nunca le contestó por lo que Haruka pensó que probablemente se había molestado por lo repentino de la cancelación.
Tenía sus razones, por supuesto, pero no tenía ganas de aclarar las cosas en ese momento por lo que podría explicarle a Sousuke después.

—¿Q-Qué demonios haces aquí?.

La voz le temblaba un poco cuando lo tuvo en frente. Estaba muy guapo el día de hoy, arreglado con esmero, radiante y algo vacilante.
Sousuke rodeó su rostro con sus manos, acunándolo con una dulzura desconocida para ambos. Lo hizo tan derrepente que dió un saltito del susto pero se relajó al sentir la calidez de sus palmas.

Era cosa de pocos días, como su relación. Después de haberse dicho aquellas famosas palabras se estableció un acuerdo tácito y mudo entre ellos. Se conocían poco a poco, casi como dejando resbalar datos de si mismos entre cada mirada. Era suave y tierno, pero muy lento.

—Te ves mal. Me imaginé que algo te había ocurrido, algo peor que "un asunto" cualquiera. Así que vine a verte y tuve razón.—dijo con lentitud mientras acariciaba sus mejillas de manera experimental—Parece que estas a punto de llorar.

—No lo estoy.

—No sabes mentir. No trates de hacerlo, por favor.

Haruka quería enterrar su rostro entre sus rodillas, clamar y preguntarle a dios, a cualquier divinidad ¿Qué jodidos estaba pasando con estos hombres?.
Pero no lo hizo, en cambio, endureció el gesto y se apartó con sequedad.
La dulzura de sus manos y lo intoxicante de su perfume era suficiente para nublar sus pensamientos y no podía permitir que eso sucediera. No ahora.
Al final suspiró.

—Te dije que no podía verte hoy.

—Lo sé pero no pude evitar preocuparme—se justificó.

—Gracias, en verdad lo aprecio. Es solo que ahora no sé que hacer con...

Hizo un amplio ademán para explicarse pero se frustró al ver su rostro confuso.
Sousuke se rió un poco de su evidente fatiga y tomó sus manos entre las suyas, sintiéndose algo tímido al notar la evidente diferencia de tamaños.

—Podrías despedirme, besarme y finalmente echarme de tu casa. O saltate el primer paso si quieres—sugirió con una sonrisa pícara, un intento patoso pero bueno. Haru tuvo que reírse un poco al verlo tratar de guiñar un ojo y fallar miserablemente.

—Te besaré—decidió al final con ligereza. El otro se inclinó para poder ser besado y recibió dos besos rápidos en la mejilla izquierda, Sousuke se dió por satisfecho.—¿Listo para que te eche?

—Solo si me puedes asegurar que estarás bien.

—Lo prometo. Te avisaré si no.

Sousuke tomó su turno para besar su mejilla con suavidad.

—Bien. Te veré después ¿Si?

Haru cedió un poco. Sintiéndose mal por cancelarle y echarlo de su casa.
Pero no podía hacer otra cosa, Makoto estaba en su habitación, actuando de lo más extraño y aunque su temprana relación con Sousuke lo emocionaba sinceramente, no podía dejar que cualquier cosa que molestase a Makoto creciera, debía estar ahí para él y entender.
Por amor a Dios. ENTENDER.
Aunque tampoco quería dejar las cosas así con Sousuke.

—Te lo diré, te explicaré esto pero tendrá que ser otro día.

Sousuke dió un paso hacia atrás, dando la vuelta para retirarse. Le sonrió encantador.

—No tienes que, está bien.

—Pero yo quiero hacerlo.

Sousuke se detuvo en su camino a la salida. Se giró a verlo.

—Entonces puedes hacerlo después, Haruka. En nuestra cita.

Ambos sonrieron.

—En nuestra cita.—repitió, seguro.

Sousuke se fue de ahí sin decir nada más, con una sonrisa diminuta en sus labios.

Haruka se quedó unos momentos ahí, incluso después de que el otro se fuera. Intentando armarse de valor para regresar con Makoto y aclarar.

No podía ser tan difícil, es decir, Makoto era su mejor amigo, lo conocía mejor que nadie.
¿No es así?

Suspiros RobadosWhere stories live. Discover now