04. Me robaron y no el corazón

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Puse el libro en mi regazo, me acomodé porque dijo que el que necesitaba subir llegaría en aproximadamente media hora, chasqueé los dedos, lo que hizo aparecer unas gafas de lectura

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Puse el libro en mi regazo, me acomodé porque dijo que el que necesitaba subir llegaría en aproximadamente media hora, chasqueé los dedos, lo que hizo aparecer unas gafas de lectura. No iba a utilizar tanto mis poderes para adelantarme, quería vivir cada párrafo que pudiera.

Primera página.

Bonita, ella es muy tierna e inocente, pura que solo ama la vida, va a la iglesia todos los domingos, él es el típico frío y malo que de seguro va a cambiar por ella, este libro será súper romántico.

Página 203.

¡¿Qué?! Es perturbador, ¿Por qué hizo esto? Diosa, cuanta violencia, que no meta eso ahí... ¿Un cuchillo en dónde? Con razón dejaron desamparados a los humanos.

Estoy traumatizado de por vida, me siento feliz de conservar mi soltería, hasta a mí me dolió el clítoris. Y yo no tengo clítoris.

Le devolví el trozo de papeles peor que antes, tuvo un buen final pero fue demasiado extraño como para disfrutarlo. Soy consciente de que el placer es relativo, cualquier cosa puede considerarse placentera, aunque igual he abierto el cuarto ojo.

Placentero es ver Barnie.

—¡No sé qué fue lo que leí, solo que fue horrible! ¿Tú vives así?

—Eso, se llama "Novela Erótica" por si no lo sabes en tu idioma y es lo más leve que vas a encontrar. —masculló, recogió con cuidado el libro que casi le tiré encima.

—Estás mal de la cabeza, Ángel —me di cuenta del contexto—. hasta ese texto advierte de ti. —bromeé.

—Si fuera tú, me pondría una orden de alejamiento para prevenir cualquier incidente —encendió su celular, tenía una aplicación para ver los horarios de las paradas—. si necesitas un psicólogo, te paso un contacto.

Tenía muchas dudas, sobre las metáforas del autor, de los personajes, si ese era su género favorito o solo quiso lucir como una potencial asesina serial.

—¿Por qué al lado de un cadáver? —indagué impactado.

—¡Da igual! Ese no es el punto, el punto es que conseguí lo que quería.

—¿Asustarme?

Abrió la boca para responder cuando un chofer estacionó enfrente, su aviso sumado a que me empujó hasta la entrada dijo que era en el que debía ir para llegar a la casa. Angie se mostró despreocupada y desagradable conmigo cuando pudo, sin embargo, se preocupó porque vaya seguro o por darme abrigo cuando llegué.

—Que te vayas.

Los asientos vacíos me dieron la posibilidad de ir enfrente, aún no me acostumbraba al horario de este mundo, que el sol bajara tan pronto o que solo tuvieran uno. Entre mis imaginaciones vividas recordaba cómo es el infierno de manera visual, lo colorido y vivo que se percibe en comparación a esto; aunque no extrañé nada que no sea la compañía, una limitada compañía.

Un demonio enamoradoWhere stories live. Discover now