Te Tendré de Nuevo |Dylan O'Brien|

2. Él es un nuevo empleado.

Dylan.

Como bien lo había pensado y esperado. Hoy comenzaba de nuevo con mi antiguo empleo en otro lugar nuevo, pero en esta ocasión no sería la sombra de una mujer sino más bien de un varón.

 Y como aquella vez que me dirigía a la Mansion de los Posey, en taxi, no estaba nervioso más bien estaba... ¿Feliz? ... Tal vez, aunque esto me recuerda a Mi primer día con Grace y su voz chillona, una chica que completamente era muy diferente, la que tenía mala fama en casa.

Ahora resultaba ser más diferente, no hay un padre por buscar, no hay un mejor amigo que buscar o enemigo, pero creo que él enemigo será posible tenerlo... y por último buscar una chica en la cocina y compartir con ella un vaso de agua cada vez que no pueda dormir.

Y una vez más toque el timbre de la Mansión. Antes de que abrieran, tomo mi móvil y llamo a Thomas.

— Hola Dylan — contestó Thomas.

— Hola Thomas, solo hablaba para avisarte que estoy en casa de tu Tío — dije.

— De hecho estoy aquí con él, en un momento vamos a la puerta — dijo

— De acuerdo, los espero — dije.

— Bien, entonces nos vemos — dijo

— Claro — dijo.

Terminé la llamada y solo me dispuse a esperar a que me abrieran la puerta. Me encontraba de espaldas, hasta que escuche chirriar la puerta levemente, giro sobre mis talones y ahí se encontraba el rubio y su famoso Tío, Nathan.

— Así que él es el famoso Dylan — dijo su Tío de Thomas.

Me aproxime donde se encontraban ellos.

— Es un gusto Señor Nathan — estrecho mi mano y él lo acepta de inmediato.

Por un momento pensé que iba hacerme esperar el saludo como lo hizo el Señor Posey.

— El gusto es mio Dylan, pasa — dijo amablemente.

— ¿Qué tal, cómo amaneciste? — preguntó Thomas con una amplia sonrisa.

— Bien, con buenas energías — dije

— Es bueno escuchar eso — palmeó mi espalda.

— Lo sé — sonreí.

— Bueno, Dylan... — habló el Señor Nathan — Thomas me hablo mucho de ti... y espero que él te haya hablado cosas muy buenas de mi. — miró a Thomas y él solo ríe.

— Por favor Tío, claro que le hable bien de usted a Dylan ¿No es cierto? — me mira.

— Por su puesto — miro al Señor Nathan.

— Que bueno, entonces es hora de que conozcas a los otros empleados... para que puedas relacionarte con ellos el tiempo que trabajes aquí — dijo.

— Me parece bien — dije.

— Vaya, que buen joven me conseguiste Thomas — dijo el Señor Nathan.

— No hay de que — dijo

Y entramos a la Mansión, el Señor Nathan fue a llamar a sus empleados (y proximos compañeros), mientrasThomas y yo esperabamos en la sala principal.

— ¿No te sientes nervioso?— preguntó Thomas.

— Solo un poco — dije.

Y el Tío de Thomas aparece con sus empleados. Tres varones y tres mujeres. Los tres varones que se encontraban a lado izquierdo y las mujeres del lado derecho del Señor Nathan,  eran ya casi mayores a excepción de unos.