Capítulo 2.

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Martes por la tarde.

A veces, Felix no sabía por qué se molestaba en estudiar en una preparatoria. Si tomara clases en casa, podría pasar más tiempo practicando en lugar de perder ocho horas sentado en clase y apenas prestando atención a discurso tras discurso de los profesores. Además, no es como si él fuera bueno para algo que no tuviera que ver con patinar. Claro, sus notas eran decentes, probablemente lo suficientemente buenas como para entrar a la universidad, pero siendo sincero no tenía ni idea de lo que iba a hacer una vez que estuviera allí. Todo lo que siempre había querido hacer era patinar. Punto final.

Él encantado podría pasar todo su tiempo patinando si pudiera. Él se sentía tan diferente en el hielo, sin ataduras, no limitado a la tierra donde su cuerpo era torpe. Habían pasado años desde que había empezado a patinar y él todavía se sentía de la misma manera en el hielo: cuando patinaba, era libre, estaba en paz, y se sentía en casa. Las personas que no patinaban, no lo entendían. Ellos no podían entender la libertad que el patinaje le daba. La oleada de aire fresco sobre su rostro, el suave deslizamiento de las navajas contra el hielo, la adrenalina que bombeaba a través de sus venas cuando él tomaba velocidad; esas eran las cosas por las que vivía.

Patinar era su vida. Tal vez era algo estúpido de decir porque, después de todo, él era bastante joven y le faltaban muchas experiencias por vivir, pero Felix sabía que siempre patinaría, sin importar nada más.

Pero, aunque el patinaje era una de las cosas más importantes de su vida, él no podía hacerlo todos los momentos del día, su madre no lo dejaría. Cuando se le ocurrió la idea de estudiar en casa, su madre lo descartó inmediatamente, negándose incluso a considerar a lo que ella se refería como "privarlo de una vida normal." (¿Qué era normal? ¿Una vida sin patinar? Si eso era, entonces a Felix no le importaba ser anormal.) Por lo tanto, se le ocurrió la solución perfecta: ella lo inscribió en Stray Hills Academy, tal vez la mejor escuela de toda Australia para alguien que tomaba en serio el deporte y buscaba una educación de calidad ("calidad" basado en la opinión de cada quien). Felix supuso que no era tan malo. Después de todo, tenía dos pistas de hielo en el campus para poder entrenar prácticamente en cualquier momento que quisiera (aunque eso no aplicaba para las horas después de cerrado, pero en fin, a quién le importa). Sin embargo, eso no lograba que le gustara ir a clases.

Dicho esto, la mayor parte de sus días de escuela podría resumirse con la palabra: cotidiano, y ese día no fue diferente. Después de Inglés y el incidente... Que había ocurrido poco después, el resto de sus horas pasaron sin siquiera notarlas. Por suerte, no tenía que ver a Changbin en alguna de sus otras clases porque Felix estaba seguro de que una hora con Changbin era más que suficiente para él.

Una vez que la campana sonó, señalando un tiempo de libertad que sólo duraría hasta el siguiente día, Felix y Minho abandonaron su clase de Historia Universal y se dirigieron a la pista juntos. Por lo general, caminaban juntos, a pesar de que el viaje era corto y la conversación no era muy profunda. Era una de las pocas veces en todo el día que podían pasar un rato sin tener que sentarse en una clase o estar trabajando en un ensayo.

"No entiendo por qué Enrique VIII necesitaba tantas esposas," Minho decía mientras caminaban, frunciendo un poco el ceño. (¿Lo ves? No hablaban ningún tema profundo.) "Quiero decir, seguramente se acostaba con un montón de ellas, pero ¿en verdad necesitaba casarse con todas?"

"Para hacer a sus herederos legítimos, sí." Felix ajustaba la correa de su bolsa de skate, su peso cómodo y familiar. Estaba sólo escuchando a medias lo que Minho estaba discutiendo, pero eso estaba bien, el punto de su paseo diario era básicamente sólo para estar en la presencia del otro. Su mente vagaba a través de su rutina de nuevo, aunque ya la sabía al derecho y al revés y no tendría la oportunidad de practicar de nuevo hasta tarde esa noche. Las clases estaban reservadas para el equipo de competencia y sólo podían practicar las rutinas con las que competirían.

Corazones sobre hielo. [Changlix]Where stories live. Discover now