Capítulo final.

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Sábado por la mañana.

El corazón de Felix se aceleró antes de que sus ojos se abrieran. Y no, no era porque se había despertado básicamente encima de Changbin otra vez, porque eso era una ocurrencia común esos últimos días, la verdad.

No, la razón por la que se despertó con su corazón galopando a la velocidad de la luz fue que eran las 8 de la mañana, lo que significaba que su prueba de patinaje libre se llevaría a cabo en tan sólo dos horas más.

Felix estaba tratando de no hiperventilar.

Estaba listo, realmente lo estaba (no es como si Felix fuera a pagar 80 dólares muy útiles en la prueba si no creyera que fuera a pasar), pero los nervios aún estaban allí. ¿Y cómo no iban a estar, en realidad? Esta era, quizás, la prueba más importante que tomaría en su vida (aunque su madre diría que sus pruebas de la escuela son importantes también, pero a quién quería engañar, ¿en serio?)

Felix respiró hondo mientras sentía a su conciencia atacarlo con toda su fuerza, despertándolo por completo. Lo cuál no era lo ideal, tomando en cuenta que se encontraba rodeado con los fuertes brazos de cierto jugador de hockey lesionado. Felix se movió con cuidado, tratando de escaparse del abrazo de Changbin sin empujar y despertar al chico.

Tuvo éxito, porque aunque Changbin fuera de sueño ligero, esas últimas noches parecía que el mayor dormía más profundamente de lo normal. Todas las cosas que necesitaba para su prueba ya estaban empacadas en su bolso y lo esperaba en la puerta de Changbin, ya que sabía que no iba a tener el tiempo para regresar a su dormitorio (y de paso, para no tropezar con una imagen que no estaba deseando ver jamás de su mejor amigo).

Se puso el sweater que había desechado en algún momento de la noche, y se acercó a la mesilla de noche de Changbin, en busca de una pluma y un pedazo de papel para dejarle una nota. A pesar de que el pelinegro había querido acompañar a Felix a la prueba, Felix había logrado convencerlo de que sería muy aburrido para Changbin, y más que un poco distractor para Felix; así que había accedido a quedarse hasta que Minho y Jisung vinieran a ayudarle a llegar a la pista de hielo.

Pero aún así, Felix sintió una especie de obligación, en cierto modo, de dejarle a Changbin un mensaje para que supiera que no se había olvidado de él y se había ido sin más (y no era algo cursi, cállate). 

Afortunadamente, había un montón de notas adhesivas en la mesita de noche de Changbin. Felix abrió el cajón con cuidado y tomó una en silencio, mirando a su durmiente amigo desde el rabillo de su ojo para asegurarse de que todavía estaba inconsciente, y agarró la primera pluma que vio. Sacó la tapa con su boca, y rápidamente garabateó "he ido a la pista. te veré ahí xx" en la nota.

No fue sino hasta que puso la pluma de vuelta al cajón que vio eso.

Y por eso, me refiero a algo serio. Era el ensayo de Changbin. El ensayo de Changbin acerca de Felix.  

Los ojos del patinador artístico se ampliaron, emociones contradictorias estrellándose sobre él como un maremoto. Su corazón comenzó a bombear un poco más rápido en su pecho (que era, ciertamente, un poco ridículo, ya que era sólo un ensayo por el amor de Dios. No debe haber sido algo para estar así... pero lo era un poco).  

Felix vio algo en su visión periférica y se sorprendió al ver que se trataba de su propia mano, que ya había comenzado a llegar al papel sin que él se diera cuenta. Retrocedió instintivamente, sorprendido de sí mismo. No podía simplemente tomar  el ensayo de Changbin. Changbin había dejado bien claro que no tenía interés en que Felix lo leyera, por cualquier razón que permanecía secreta para Felix.

Corazones sobre hielo. [Changlix]Where stories live. Discover now