alien friendly ✧ kaihun

ocho

La hermana mayor de Jongin lo ve corriendo por el pasillo donde está la biblioteca. Ella hace una pequeña negación con la cabeza, tal cual le sale a cada uno de los miembros de la familia, y luego sigue cortando las verduras que le encargaron.

—Sehun —él llama, deteniéndose en la puerta ya abierta.

—Dime, Innie.

—Es posible que haya vida en Júpiter.

Sehun deja de sostener su teléfono móvil para guardarlo en el bolsillo y prestarle la debida atención. Jongin sonríe porque su amigo siempre es demasiado atento. ¡Ha de ser porque en su casa hay tantos viejos!

—¿Cómo? —interroga el muchacho, volviendo hacia él— Había leído que es un planeta gaseoso. Ni siquiera se puede caminar allí.

—¡Lo es! —asiente JongIn, con un libro que pone en la portada "Enciclopedia de los niños" en las manos. Se acerca apresurado y se sienta con su mejor amigo—. Pero aquí dice que puede haber vida. De esa de... ¿microorganismos? Son muy pequeños, por eso no deben contarlos como vida en otras partes.

—¿Estás seguro? Esos libros son muy viejos. Noona dijo que eran del 76, creo.

—Aquí lo dice —señala con su dedo índice, justo donde el párrafo lo indica, insistente. Su hermana no podía saberlo todo—. Júpiter es mi planeta favorito, Sehun.

—Lo sé —ladea el rostro débilmente, pegándose a él. Ya está atardeciendo; el clima es húmedo, hay sapos saltando cerca de la barandilla y Jongin huele como las flores blancas de su patio.

Él, en cambio, no sabe a qué huele Sehun, mas huele mejor que los otros niños e incluso que él mismo. Y sin importar cuántas veces le pregunte qué se echa encima, Sehun insiste: no es nada. Será el jabón de baño de la gente vieja.

—Es que es el planeta más grande del sistema solar y tiene un huracán que es tres veces del tamaño de la tierra —sigue sonriendo Jongin, muy dulce, casi lanzando azúcar a la cara del ajeno. Lo peor es que Sehun tiene una muy notable debilidad por los dulces—. Y tiene muchas lunas. Y este punto negro de aquí —ahora señala un punto oscuro en el planeta rojizo de la foto—, es la sombra de una.

—Es como un lunar.

—Sí, como el tuyo —aclara Jongin, aún feliz y moviendo los pies.

—¿Cómo el mío?

El dedo moreno se retira de la página para subir, trazando figuritas en el aire hasta llegar al cuello del otro (quien se deja distraer), y presiona sobre el pequeño punto negro que yace allí. Pum. Jongin presiona como si fuera un botón, y el corazón de Sehun vuelve a dolerle pese a que nadie le ha tocado allí; pum; un pocotón de naves alienígenas chocando contra las paredes de su estómago, causándole cosquillas. ¡Pum! ¿Por qué resistirse? La mano de Jongin se restriega contra su piel y él se permite reír hasta retorcerse.

¡Las cosquillas son tan fastidiosas! Y sin embargo, no es lo mismo con Jongin. Le aparta, tapándose el cuello con la tela de su propio suéter, entrecerrando los ojos divertido y encogiéndose como si fuera una presa graciosa y Jongin un depredador que te podría devorar a pura risa. De pronto, súbitamente, se siente un poquitín triste. Aunque según su mamá, los niños no pueden estar tristes, por lo que seguro se trata de un sentimiento parecido.

—Uh, ¿por qué esa cara? —y el depredador baja las garras— ¿Te lastimé?

—No.

—¿Y por qué esa carita?

Sehun no quiere decirlo, o quizás ay, sí quiere.

—Cuando los aliens vengan a buscarte... ¿te irás a Jupiter, Innie?

—¿A Jupiter? —pestañea— Iré, y también a toda la galaxia —extiende sus brazos el muchacho, y los ojos le brillan. Muchísimo. Brillan más que el propio sol, piensa Sehun—. Y claro, te vendré a visitar siempre que pueda.

—Pero... ¿y si estás muy lejos? Aún no me has pagado mis papitas.

—Te daré papitas de otro planeta. Apuesto que son más ricas.

—¿Y si las más ricas son las de La Tierra?

—Hmm... Eso no puede ser.

—Mi planeta favorito es La Tierra —arruga el entrecejo y la nariz Sehun.

—Lo sé.

—¿Sabes por qué?

—No, no me has contado ¿por qué?

—Porque aquí estás tú —y desvía la mirada, observando el cespéd y a las flores blancas. Después, al pin que guinda de la camisa de Jongin—. Me gustaría ser un extraterrestre ¿sabes?, para que me lleves contigo.