Parte 2

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Seungcheol cabalgaba por lo verdes prados pertenecientes al palacio imperial, oía claramente el golpeteo de cascos atrás de él, y sospechaba los soldados estaban más cerca de lo pensado. Agito las riendas de Anubis y esta galopo aún más rápido, logrando que ganará una distancia considerable del resto de soldados.

A lo lejos notó el último blanco y levantó su arco apuntando al centro, cuando la diana fue alcanzada Seungcheol celebró internamente. La línea de meta estuvo a corta distancia después de ese último tiro y apenas llegó varias personas de la corte lo felicitaron. Él por educación recibió cada una de las felicitaciones con una sonrisa, en todo momento mostrándose sereno hasta que una los demás concursantes llegaron y les fue entregado un ramo de flores por su participación.

En ese instante, por razones desconocidas, uno de los estrafalarios sombreros de una de las duquesas sobrevoló el aire, llevaba una serie de plumas doradas como el reflejo del sol. Y mientras el sombrero iba cayendo, las plumas por alguna razón le hicieron recordar a una persona de cabellos rubios, la cual apenas había visto el día anterior.

—¿Comprendes lo qué estás haciendo? —Seungcheol lo interrogó cuando estuvieron solos por un breve momento— Vas a casarte con una persona mucho mayor que tú y más aún no es tu obligación sino la de tu hermano.

—¿No deseas casarte conmigo? —levantó una ceja.

—No es que no deseo casarme contigo —lo miró—. Eres joven y me imagino que deseas hacer otras cosas.

—Las cosas que desee o no hacer, no interesan. Tengo una obligación con mi reino, al igual que usted —contestó con aplomo y Seungcheol se vio una vez más sorprendido por la madurez del príncipe—. Y si usted está temeroso por su descendencia le aseguró que soy completamente fértil, tal y como mi hermano.

—Yo no..

—¿Por qué teme tanto por mi príncipe? —le preguntó intrigado— Le aseguro sé defenderme muy bien.

Esas fueron las últimas palabras dichas por Jihoon antes que regresará el rey Yoongi junto a su padre y el menor fuera una vez más ingresado a las extrañas andas cubiertas de telas rojas.

De alguna forma el simple hecho que Jihoon haya demostrado su rostro, yendo en contra de la tradición de su planeta, demostraba claramente su convicción para llevar esa boda acabo. Aparte estaba el hecho que luego de su ceremonia de mayoría de edad, a la cual su padre y él habían sido amablemente invitados, el príncipe Jihoon había acordado quedarse en la tierra hasta que la boda fuera realizada. Esto para infundir la confianza suficiente de que él no escaparía a ningún lugar hasta la boda, o al menos no podría hacerlo al estar bajo el estricto sistema de vigilancia de la tierra.

Y, de alguna forma, todos esos pequeños detalles hicieron sentir a Seungcheol seguro, se sentía seguro por las decisiones del príncipe lunar.

—¿Habrá alguien que pueda superarte sobre esa yegua? —su padre se acercó al fin a él e interrumpió el hilo de sus pensamientos.

—Siempre existe alguien mejor —le dijo mientras acariciaba el lomo de Anubis, quien aceptaba gustosa la caricia.

—Recuerdo que cuando eras niño dijiste que nadie jamás te superaría sobre un caballo y si alguien te superaba te casarías con esa persona —el rey recordó con nostalgia.

—Bueno, claramente no sucederá eso —Seungcheol contestó con un tono de voz duro.

—Seungcheol ...

Seungcheol puso un brazo sobre el hombro de su padre y trató de decirle con su sonrisa que estaba bien, en realidad solo había sido un absurdo deseo de un niño. Y en su inocencia, y quizás no tan inocencia pues su deseo se mantuvo hasta más allá de la adolescencia, Seungcheol quería casarse con alguien que pudiera admirar en muchos ámbitos, una persona cuyos ojos brillarán igual a los de él cuando se vieran y cuya sonrisa encantadora iluminara un día oscuro. Pero esos eran deseos absurdos para alguien de la realeza y Seungcheol tardó en comprenderlo.

Unión inesperada [Jicheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora