ETAPA 2: RUTA DIVIDIDA

42 11 7
                                    


Matt que dice eso y unos cuantos ladridos se escucharon de lejos.

— No es bueno estar tan expuestos — Advierte Eduardo.

Concuerdo con él y ordeno hacer levantamiento de emergencia. Esa noche nos dirigimos hacia la parte más interna y desconocida del área. Las linternas era lo único que aseguraba nuestro camino; de lado a lado todo era una oscuridad.

Llegamos a unas cuevas logrando dormir unas cuantas horas hasta que un olor fuerte nos sacudió, algunos de golpe comenzaron a vomitar. Aquel olor era fuerte, toxico, como a descomposición. Entre todos nos ayudamos a recuperarnos de ese malestar, fue necesario usar las mascarillas para poder avanzar. Matt estudiaba el mapa que nos había enviado Lucy; después de un rato nos explica hacia donde debemos ir. Una vez planeada la ruta partimos; quince metros de avance los estremecedores lamentos de unos perros nos alarmaron;  corrimos hasta llegar a un lago, el terreno no era firme, con cada pisada nos hundíamos en la tierra, toda nuestra energía se quedó allí.

Matt iba adelante guiándonos, el amanecer todavía no nos daba buena claridad. De un momento a otro Eduardo se petrificó, sus ojos estaban abiertos de par en par; entre unos cuantos seguimos su mirada para quedar traumatizados con lo que arrojaba el paisaje.

Alrededor del lago habían cuerpos de perros; la mayoría mutilados, otros agonizaban dando un último respiro. El horror nos distrajo que no escuchamos los gruñidos aproximándose. Dos muchachos del grupo de Eduardo gritaron cuando algo los alcanzó. Eduardo salió disparado hacia ellos, yo fui detrás de él llamando a Matt por el walkie talkie; uno de ellos estaba con una mordida en su brazo, el otro estaba casi enterrado. Matt llegó, tomo una venda y cubrió esa herida que no se veía nada bien. — Vamos trataremos esa herida — Decía llevándose al chico.

Eduardo y yo tratamos de sacar al otro que balbuceaba ayuda; el chico tenía una herida de la cintura para abajo; era tan profunda que al sacarlo su cuerpo se separó. Los gritos de horror y agonía inundaron el lugar, en medio de su trauma trataba de moverse, pero cuando se dio cuenta ya era muy tarde, se rindió a la realidad.

Sin nada que hacer pusimos una toalla sobre él y continuamos. Otra vez escuchamos gruñidos que provenían del otro lado del lago, la poca luz no nos dejaba ver bien. — Es un lobo – Dijo Eduardo sin dejar de ver en esa dirección.

Dos pares de ojos amarillos alcanzo a ver, — Son dos — dije acelerando el paso.

Sentía que mis pulmones se iban a salir, Matt tenia al chico mordido en sus brazos, cerrándole los ojos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sentía que mis pulmones se iban a salir, Matt tenia al chico mordido en sus brazos, cerrándole los ojos. — No lo supero, la herida llego al hueso — dijo limpiándose la sangre de sus manos.

— ¡No hay tiempo, debemos seguir! — Grito Eduardo.

Todos superamos nuestros límites, llegamos a una intersección, donde había tres caminos, Sector A, B y C.

— Esto no estaba en el mapa — Comenta Matt con sus manos temblando.

— Sigamos derecho — Expresé entrando al sector B


****

Conteo de palabras 498


SECRETOS MACABROS DE LA HORA DEL TERROR 2.Where stories live. Discover now