C U A R E N T A

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- ¡Te dije que no sé dónde está, lo intenté, y no quiso soltarlo!

- ¿Desde cuándo te rindes así de fácil?

- Oh, espera. ¿Me estás subestimando?

- Tú puedes hacer cualquier cosa, Yixing.

- Min tiene razón, deben estar lejos para cicatrizar las heridas.

💐





Dos años después.

- ¿Me estás diciendo que podré ir?

- Obviamente, por esa razón hemos venido personalmente a dejarte la entrada.

- ¡No puedo creerlo! ¡Las entradas estaban agotadas!

- Siempre tenemos un haz bajo la manga, hermana.

Namjoon me guiñó el ojo y chocó el puño con Mika. Jin me acarició la cabeza con una sonrisa divertida.

- No puedes perderte el mejor concierto de todo Seúl por haber llegado muy tarde a comprar las entradas, después voy a asegurarme que Kibum te de tus merecidas vacaciones.

- Casi mato a mi jefe. - bromeé.

Mi amiga me entregó la entrada y la presioné en mi pecho como si estuviesemos conectados el uno con el otro.

- Debes apresurarte si no quieres llegar tarde.

- ¡Juro que golpearé a todo lo que obstruya a Kwon Jiyong!

Mis amigos se reían de mí, sin embargo no me importaba, debía distraer mi mente con algo y justamente mis plegarias habían sido oídas. Me puse de pie y levanté la entrada mostrándolo orgullosa, me despedí de todos y salí de allí corriendo, tenía menos de una hora para llegar al estadio donde sería el concierto.
Debía mantener mi mente ocupado o iba a colapsar, no había podido concentrarme en nada al recibir un corto y muy significativo mensaje.

Número privado:

Te encontraré.

Quizá estaba teniendo esperanzas en un mensaje equivocado o en algún psicópata que quería secuestrarme para luego matarme, podía significar muchas cosas, pero mi mente solo quería darle un significado, un nombre y un apellido.

Encendí el coche y aceleré rumbo al estadio.
Al llegar casi solté un chillido de la emoción, volvía a sentirme una adolescente de diecisiete años.
Formé la fila y esperé a que avanzara.
Fue la noche más emocionante que había tenido desde hace años, mi garganta se desgarró en cada coro y "te amo" para el hermoso hombre en el escenario.

Estos últimos años he aprendido tantos cosas, como comprendido. El recordar a mi bebé ya no duele como lo hacía antes. Yifan tuvo mucha paciencia conmigo.

Dentro de estos dos años he conocido a varias personas, realmente agradables, como Kibum, mi jefe sobre explotador.

Al salir del concierto, toda esa adrenalina se drenó de mi cuerpo y el cansancio ocupó su lugar, caminé hasta el coche, justo en el momento en que iba a abrir la puerta sentí unas pequeñas manos tocar mi pierna, di un pequeño salto a un lado, bajé mi vista y me encontré con unos pequeños ojos sonrientes.

- Hola.

Mi corazón latió con fuerza, y mis labios se curvaron en una pequeña sonrisa.

- Hola pequeño, ¿te has perdido?

- Mi nombre es Kwansook, significa fuerte y bondad. Es muy bonito, ¿verdad? Mi tío lo eligió para mí, él dijo que no tiene buenos gustos en los nombres, pero a mi me gusta, a mi hermano también le gusta su nombre, se llama Kwanbok. - el niño balbuceó, no se detuvo ni un segundo para tomar oxígeno.

Observé a mi alrededor en busca de su tío o alguien que tuviese la apariencia de estar a punto de estallar del miedo, pero nada, todos estaban caminado tranquilos.

- ¿Te has perdido? - volví a preguntar.

El niño negó con la cabeza y sonrió, sus ojos se volvieron unas pequeñas líneas arqueadas hacia abajo.

- Mi tío dijo que tu eres una buena persona, él dijo que iba a estar con nosotros luego de acompañar a Kwanbok a comprarse un algodón de azúcar.

¿Qué clase de tío dejaba a su sobrino con una persona que ni siquiera conocía? Estaba apunto de buscar al tío ese y partirle los huesos, uno por uno.

- ¿Cómo se llama tu tío?

- ¡Min! - canturreó.

- ¿Min?

Una mano se posó en mi hombro y mi cuerpo se tensó, no podía ser verdad.
Absolutamente, no.

- ¡Kwansook! - una voz aguda gritó a mis espaldas, repentinamente el cuerpo de otro niño se abalanzó sobre Kwansook.

Giré mi rostro y mis ojos se toparon con la persona que mi mente anhelaba cada minuto, horas de mi vida.
Estaba vestido completamente de negro, su cabello estaba teñido de color gris y se veía sano, lleno de vida. Una pequeña y por primera vez, tímida, que haya visto en sus labios. Estaba duduso en acercarse del todo, si bien tenía una mano apoyada a mi hombro, no se atrevió a decir algo.

- ¡Tío Kwanbok no quiere darme!

Los dos niños nos sacaron de aquel trance en el que estamos metidos, sus mejillas estaban manchadas del dulce rosa y sus labios fruncidos demostraban que no estaban nada felices.

- Kwanbok comparte con Kwansook.

Oír su voz aturdió mis sentidos, no podía creerlo, estaba enfrente mío y yo no hacía nada, quieta como una estatua.

- ¿Lenahi?

- Yo...-

Con un paso y medio ya me encontraba aferrada a su cuerpo, escondí mi rostro en su cuello, el alivio que mantenía desde hace dos años se descargó de mi espalda.

Sus manos acariciaron mi cabello cariñosamente.

- Me encontraste. - susurré.

AnormalWhere stories live. Discover now