Llévame contigo [CORRIGIENDO]

55. Año nuevo. Vida nueva.

31 Diciembre 2016.

AXEL.

Se de sobra que no soy un hombre con especial suerte en la vida, que me meto en problemas de los que luego no se salir y que no pienso las cosas antes de hacerlas. Tenia un poco de fe en que Emma no se enterara de mi boda. En mis planes, primero encontraba las pruebas para desenmascarar a Eleonora y Petter, luego me libraba de Debby y finalmente recuperaba a mi princesita. Pero parace que por décima vez, mis planes no salen como espero, y ahora, el odio de Emma hacia mi debe haber aumentado por siete.

La cosa a la que no puedo parar de dar vueltas es, al hecho de que, ella vino a mi apartamento. ¿Quería verme?¿Necesitaba algo? Por más que intento hacer memoria sobre lo ocurrido en Navidad, no logro recordar nada de lo que le dije o hice. Y por la mierda que eso está matándome. Necesito saber qué quería, que buscaba viniendo aquí, para que me necesitaba.

Miro la hora en mi reloj de muñeca, son las nueve de la noche anterior a año nuevo y estoy listo para ir a casa de los Clayton a cenar. Hoy daremos la noticia de nuestro casamiento, Deborah está emocionada con ello y ha disimulado a la perfección que Emma vino ese día a verme. Tanto que, empiezo a pensar que quizás, no es tan tonta e inocente como pienso.
En la cena se encontrarán todos. Incluso mi madre y Dominic irán. Los hijos de Petter también estarán allí, y lo que más me preocupa....Emma estará allí.

¿Debo preguntarle sobre su visita? ¿Debo finjir que Aria no me contó nada y dejarlo pasar? ¿Qué tan importante puede ser lo que tenía para decirme?

Despejo mi mente y tras coger las llaves de mi coche pongo rumbo, a la que, definitivamente, no será una gran noche. Llego quince minutos después y ya todos se encuentran esperando. El ambiente esta cargado y tenso. Y es normal, mi madre odia a Petter, su sola presencia lo repugna, está haciendo esto por mi, sabe de mi situación y se negó a dejar que hiciera esto solo.

-¡Axel!- Aria se lanza sobre mí apenas pongo un pie dentro.

-Hola, pequeño monstruo.- beso sonoramente su mejilla. Ella ríe y baja de mis brazos.

-Mamá me compró este vestido. ¿A qué estoy guapa? ¡El príncipe Oliver dijo que soy la segunda más guapa de la fiesta!

Observo lo pequeña y delicada que se ve mientras gira sobre si misma enseñándome su vestido color vino de falda pomposa. No es una niña a la que le guste el rosa, y mamá parece empezar a aceptarlo.

-Estas preciosa, Ari-me agacho a su altura-, ¿y quién es la primera?

Aria se acerca a mí como si lo que fuese a decirme fuese el mayor de los secretos. Mira a ambos lados asegurarandose de que nadie nos escucha y sonrio viendo su drama.

-Emma. Ella hoy vino con un vestido de princesa.-susurra con todo emocionado.

-¿Y por qué hablas tan bajito?-sigo su juego y susurro de vuelta.

-Por que también vino la bruja mala y la hermanastra. Cómo en Cenicienta.-me mira frunciendo el ceño disgustada.

-Entonces debemos asegurarnos de disfrute su noche antes de que el reloj de las doce.

Me levanto cargándola en brazos y miramos a los lados sobreactuando comprobando que nadie nos haya visto. Ambos reimos y entramos al salón. Ir con ella me produce una extraña sensación de apoyo. Saludo a todos los presentes, incluyendo a mi madre y Dominic y algunos de mis otros hermanos.

-¡Osito!

Odio ese apodo. Me siento como una gominola de haribo siendo deborada. Y para nada me gusta la persona que me está comiendo ahora mismo. Separo mis labios de los suyos y fuerzo mi mejor sonrisa. Tira de mi brazo y nos sitúa al lado de Eleonora y mi padre y unos cuantos conocidos a los que Deborah decidió invitar. Están hablando sobre negocios y nuevas aperturas cuando la veo.