56. Heladito.

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"Con el cebo de la mentira se pesca una carpa de verdad."

-William Shakespeare

EMMA.

Asesinado.

Esa palabra resuena en mi cabeza mientras la cálida agua de la ducha cae sobre mi. Me levanté tan agitada que pensé que una ducha me ayudaría a relajarme un poco, pero veo que no es asi. No puedo parar de darle vueltas a las palabras que Axel me dijo en aquel cuarto de baño.

¿Por qué alguien querría matar a mi padre? ¿Por qué últimamente Axel solo decía incoherencias?

La noche que lo acompañé a casa, justo antes de quedarse dormido me dijo que los metería a todos en la cárcel y se libraría de Deborah, ¿acaso ella tiene algo que ver? No es posible. Me digo a mi misma que debo dejar de sacar mis propias conclusiones y acabaré volviéndome loca. A mí y a mi bebé. Sacaré loco a mí pobre niño. O niña.

¿Qué quiero que sea? No me había preguntado eso hasta ahora mismo. Siempre quise tener cuatro hijos. Dos niñas y dos niños. Papá decía que tener tantos hijos era un disparate y que acabaría con la cabeza como un bombo de tantos llantos y peleas entre ellos. Aún así, mi idea sigue en pie. Tendré cuatro lindos bebés, y espero que todos sean del mismo padre, por lo que me llevaría el demonio si Axel no entra en razón y termina de hacerme todos esos hijos con proceso anterior incluido.

Volviendo al sexo de mí bebé. Me encantaría que fuese una niña. Una pequeña morena de ojos azules. Sería tan bonita y adorable que siento ganas de llorar solo de pensarlo. Una pequeña bebé parecida a Axel. De repente me siento ansiosa por que estos dos meses pasen rápido y el doctor me diga si seré mamá de una pequeña princesa. O de un pequeño príncipe. Tampoco me importaría que sea niño. Ambos serian bien recibidos.

Unos gritos lejanos hacen que apague el agua de golpe para así poder escuchar mejor. Enrollo una toalla alrededor de mi cuerpo y salgo del baño sin hacer mucho ruido. Entreabro la puerta de mi habitación y me sorprende al reconocer la voz de Erick mientras habla un poco alterado con Oliver.

-Ya te dije que no es lo que piensas-Erick suena distante-. Debe de ser un error.

-¿Un jodido error? ¿Tú crees que yo nací ayer? ¿Qué demonios buscabas?

Frunzo el ceño al escuchar el tono alterado y furioso de Oliver. Se supone que ellos son amigos, no entiendo que puede estar pasando.

-No tengo porqué darte explicaciones, Oliver. Esto no te incumbe.

-¡Emma es mi hermana, claro que me incumbe!

Jadeo levemente y salgo de la habitación comprobando que Bella sigue en su cama para acercarme más. Se que estoy siendo una jodida cotilla de barrio, pero no me importa. Quiero saber que tienen estos dos que hablar de mi y me importa una mierda que me descubran. De hecho, ambos me están mirando mientras estoy parada en las escaleras mirándolos con cautela.

La mirada lasciva con la que Erick me está viendo me hace sentir extraña y confundida. Jamás me había sentido sucia y cohibida ante el, pero, ahora mismo, siento como si no fuese el mismo. Me siento sucia y no me gusta. Cruzó mis brazos sobre mi pecho, de repente siento que la toalla que llevo ha encogido. Oliver me mira como si acabara de descubrirlos haciendo algo malo y elevo una ceja en su dirección confundida.

-¿Qué se supone que está pasando aquí? Escuché vuestros gritos desde arriba.

-Nada.-se apresura a decir Erick. Su nervioso es notable y la risa agria que Oliver suelta me alerta.

Llévame contigo [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora