Lloraras por Mí ❤ (Stony)

1 Steve Rogers

Steve Rogers es un alpha, un gran, alto, fornido, rubio alpha de ojos azules como un cielo cálido y despejado.

Steve Rogers también era un ex militar retirado tras servir a su país en Irak junto a su buen amigo James Buchanan "Bucky" Barnes.

Steve Rogers, era un hombre de hábitos. Así es, quizá y tal vez el peor de todos ellos era su deseo ferviente de ayudar a las personas.
No importaba si con el tiempo se arrepentía.
Porque desde luego más de una vez se arrepintió.

Se arrepintió de haberse enamorado locamente de Peggy Carter. Una mujer que lo uso para escalar una posición en el ejército.
Se arrepintió de volver a caer con Sharon Carter, sobrina de Peggy y quien fue su primera relación duradera.

Sharon a diferencia de Peggy era omega, dulce, bonita, risueña y amable.
Tenia una belleza clásica, un olor agradable y aunque muy dentro Steve sabía que no era su omega. Por un tiempo creyó que lo era.

Pero Steve Rogers también se arrepintió de presentar a Sharon con Bucky. El alpha se prendo de ella y no tardaron en engañarlo.

Steve Rogers no era un alpha violento. Pero no porque fuera débil o cobarde. Steve había descubierto en la guerra lo cruel y sádico que podía ser si perdía el control.

Este hecho desde luego marco a Steve, siempre era tranquilo a pesar de que Sharon uso su propia cama para revolcarse con Bucky.

El rubio alpha tomo sus cosas y se mudo. Ambos tanto la omega como el alpha trataron de disculparse, pero Steve Rogers, necesitaba tiempo.

Tiempo para sanarse, tiempo para olvidar y sobre todo tiempo para perdonar.
Pero por desgracia para Steve Rogers, tiempo era lo que no tenia.

Como dejamos claro Steve Rogers era un hombre de hábitos...
Se levantaba temprano e iba a correr para liberar tensión.
Regresaba a su modesto y pequeño departamento y se daba una ducha, desayunaba saludable
Salia a su trabajo en un gimnasio como entrenador de boxeo.
Regresaba a su hogar a comer lavaba la loza y regresaba al gimnasio.
Terminaba por la noche, preparaba la cena, veía un rato la televisión y se iba a la cama.
Esa era su día a día.

Sí, tal vez Steve Rogers no tenia una vida muy emocionante... Nada. Nada emocionante, pero como ex militar apreciaba lo aburrido.

Pero el destino es un niño caprichoso. Siempre quiere darnos más de lo que podemos sostener y Steve Rogers no era una excepción.

El destino le tenia declarada una nueva guerra y sin opción, porque Steve Rogers era desde luego una buena persona.    

Aquella mañana era gris y fría para Steve Rogers.
Salio a correr como era su costumbre pero ese día, denominemoslo como "cero." 

Ese día encontro tirado en el parque manchado de sangre y con varios huesos rotos a un pequeño y delicado omega de castaños cabellos. Sin detenerse a pensar en las consecuencias lo tomo entre sus brazos y corrió al hospital.

Pudo simplemente dejarlo en la entrada y salir huyendo, pero no, eso no seria humano... Pobre de Steve, tal vez si hubiera sabido lo mucho que iba a arrepentirse de esa decisión.

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Tres horas después, una médico, omega pensó Steve por el olor dulzón. Salio fulminándolo con la mirada.

—¿Como esta?– Steve quiso volver a huir al ver la mirada fría de la médico.

—Tiene rotas varias costillas, golpes la peor parte es que estaba esperando un cachorro.

Steve Rogers se atraganto con el aire, podía sentirlo escoser bajo su piel, ese instinto homicida. Ese deseo de dañar, sentía esa rabia asesina recorrerle las venas en una carrera vertiginosa por todo su torrente sanguíneo. Sabia que sus ojos azules estarían oscuros, sabia que en ese momento el alpha sanguinario quería salir y destrozar a quien daño al omega y le arrebato a su bebé.

Era el instinto primario de un alpha, proteger a un omega, a cualquier omega, suyo o no. Los cachorros y los omegas eran valorados por los alpha pues sin los segundos ellos no podrían existir.

Un omega era sinónimo de vida, de hogar y de pertenencia. Era obligación de los alpha mantenerlos a salvo.

—Por... por favor... ca-calmese...

Steve reacciono al temblor en la voz de la joven omega.

—Lo... lo siento. No quise...

La mirada de la mujer se había ablandado. Ese alpha era uno bueno. Al menos su reacción se lo confirmaba.

—Su omega esta fuera de peligro. Pero tiene un golpe fuerte en la cabeza. Puede decirme,  ¿qué paso?

Steve lo medito, si decía la verdad, lo harían irse y no le darían información del omega. Lo someterían a investigación por la Comisión de Protección y al parecer nadie estaría para apoyar al pobre chico cuando le dieran la noticia de que perdió a su cachorro.

—Tuvo un accidente. Salió de nuestro apartamento y fue atropellado.– Rogers suspiro. —Lo tome en brazos y corrí hasta aquí. Quizá le hice daño...

—Hizo lo correcto. Hubiera muerto si no lo trae.

La omega sonrió. Por desgracia ella ya había llamado a La Comisión Protectora.
Pero ese alpha había reaccionado protectoramente.

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Cuando el omega castaño de ojos pardos despertó vio con miedo el lugar, su aroma se disperso y atrajo a los médicos y al rubio alpha que aun sentía esa fuerte necesidad de protección.
Los ojos del omega se volvieron cristalinos y se escondió bajo las sabanas.

Aquello fue un golpe de ternura al corazón del rubio que sintió deseos de abrazarlo y protegerlo como si se tratara de un niño pequeño.

—¿Dónde estoy? ¿Quienes son?– su voz estaba rota... —¿Quién soy yo...?

Eso desde luego arranco una exclamación de sorpresa de los presentes y un jadeo de Steve.

—Señor...– la medico miró a Steve.

El rubio estaba en shock... Ahora, ¿qué rayos iba a decir?

—Rogers– balbuceo a penas audible el alpha y el omega espió bajo las sabanas aun.

—Señor Rogers, tuvo usted un accidente. Su alpha lo trajo rápidamente....

—¿Un accidente?– el omega se asomo.

—¿Recuerda usted algo?

—No...– frunció el ceño —Solo... solo que me llamo Tony.

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Esta historia quisiera dedicarla a
Doragon-Hime
Ella es quien me a *acosado coff coff* perdón digo...
Pedido amablemente que pasara este fic a wattpad.

Espero que lo disfrutes.