3.- Agentes

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Al llegar a su departamento Tony lo revisó, era pequeño y limpio. No tenia más que una habitación. Un baño una pequeña cocina, un par de sillones una mesita de centro y un televisor.
Era pequeño.

Steve lo llevo en brazos hasta la cama y lo dejo cómodamente instalado. Luego le llevo algo de comer.

—¿Soy tu segundo frente?– susurró el omega compungido.

—¿Qué?– Steve no sabia si había oído bien.

—Ya sabes tu segunda casa, tu amante, tu querido– Tony estaba al borde de las lágrimas. —No soy un hombre decente.

—¿Qué?– Steve seguía confundido, no era hábil mintiendo.

De hecho era extraño que no lo hubieran descubierto. Tenia dolor de cabeza y la hiperactividad de Tony lo sofocaba. El quería seguir con su rutina.

—Soy un cualquiera.– los lagrimones que escurrían por sus mejillas despertaron su instinto protector.

—Tony, no nos hemos casado por...– ahora que demonios le decía —Estoy ahorrando dinero para la boda.– se le prendió la bombilla al ex soldado.

Tony que tenia las manos cubriendo su rostro levanto sus curioso ojillos cargados de lágrimas.

—¿Es... es verdad?

—Sí.

—¿De verdad, verdad?

—Si.

—¿Seguro, seguro?

—Si.– Steve se masajeo las sienes.

—¿Estas bien seg...?

—¡Tony! Por piedad dame un respiro.– Steve salio rápidamente de la habitación.

Ese omega era demasiado demandante para un alpha que solo buscaba mantener bajo control su mal carácter.

Mientras Steve preparaba la cena el castaño apareció parecía tan vulnerable y culpable, tan pequeño y frágil...

—No quise molestarte – susurro.

—No lo hiciste– le sonrió con amabilidad —Perdoname por hablarte así. Es solo que no sé de donde has sacado que no eres un... que eres mi segundo frente.

—Bueno... no hay fotos nuestras, no estamos casados, ni siquiera marcado, este parece más un departamento de soltero que...

—Ya entendí. Bueno no hay fotos porque... Tú vivías en el extranjero y llegaste hace poco...– de algún modo Steve sabia que se iría al infierno por mentiroso —Tú deseabas que te marcara la noche de bodas... Tradición familiar. Estábamos ahorrando para la casa y la boda pero con los gastos de tu accidente... tendremos que esperar.

Los ojos castaños se llenaron de lágrimas.

—Es mi culpa... que no nos casemos...– lloro Tony.

—¡No!– Steve apago la estufa y llevo a Tony a un sillón —Tu vida es más importante, Tony. Vamos a salir de esto ya veras y...

—¿Tú me quieres?– el omega acaricio la mejilla del rubio y lo miró con ojos suplicantes.

Justo en ese momento llamaron a la puerta y Steve se puso de pie de un brinco, corriendo a abrir. No quería mentir en eso. Vio en los ojos de Tony tanta necesidad que no pudo mentirle.

—Agente Natasha Románov, de Seguridad y Protección al omega. Mi compañero Clint Barton.– después de abrir Steve se hizo a un lado para dejarlos pasar.

—¿Es usted el omega Tony Rogers?– la pelirroja miro al castaño que aun tenia moretones en el rostro.

Tony asintió un poco intimidado por los alphas.

Natasha sonrió con más dulzura y se sentó junto a Tony tomando su mano.

—Nos podrías contar, ¿qué te paso en la cara?

Tony miró a Steve que le sonrió para tranquilizarlo, pero los agentes lo miraban como si fuera una cucaracha.

—Tuve un accidente– dijo con voz desvalida el castaño. —Perdí la memoria por un golpe en la cabeza....

Steve fruncio el ceño, Tony les estaba vendiendo la imagen de un dulce omega desvalido.

—¿Y tú alpha te ha obligado a hacer quehaceres del hogar, convaleciente?– preguntó Barton molesto.

—¡Oh no! Steve, mi alpha es muy ordenado. Todo lo a hecho él. Incluso la cena.

Los alphas sonrieron mucho más amables a Steve.

—¿Eres feliz con tu alpha, Tony?– preguntó la mujer. —Cuentame todo, querido. Porque te aseguro que me ocuparé personalmente de que ese alpha no vuelva a ver la luz del sol si te a hecho daño. Anda dile todo a tu tía Nat.

—Gracias Nat. Eres muy linda– Tony le guiño un ojo y trajo café —Pero Steve es un buen alpha, se preocupa por mí y por mis necesidades.

Los agentes asintieron y después de beber el café se marcharon. Natasha dejo a Tony una tarjeta. Por cualquier cosa que necesitara.

Ambos agentes le advirtieron a Steve que lo estarían vigilando.

Tony soltó una carcajada en cuanto estuvieron solos y Steve hizo una mueca.

—No es divertido.

—Si lo es.

Lloraras por  Mí ❤ (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora