PARECE QUE VA A LLOVER - (Aiteda)

6. Cuestión de tiempo

Narra Cepeda

A pesar del silencio que guardó Aitana después de que la viese de aquella manera en el balcón y durante todo el trayecto desde mi piso hasta el hotel, pude intuir aunque sea algo de lo que había pasado para que hubiese acabado así. Al principio me planteé que tal vez yo hubiese hecho algo mal o se hubiese enterado en las redes o mediante esa misteriosa llamada de algo relacionado conmigo que no fuera cierto, pero, yo conocía a Aitana y sabía casi con certeza que de ser así me lo hubiera dicho sin problema. Por eso tuve claro que la llamada había sido o bien de Vicente o bien de algún familiar que le recordó que volviese a la realidad. No obstante, quise respetar que no quisiese hablar y no articulé palabra, pues no sabía hasta qué punto podía llegar a molestarle que insistiese en el tema, ya que cuando la única vez que le pregunté si quería hablar de lo que había pasado, su "no" fue rotundo y seco. Sin embargo durante el viaje en coche sí que compartimos miradas de complicidad y al mismo tiempo de desánimo, a la vez que mi mano iba apoyada encima de su pierna izquierda en modo de muestra de apoyo y tranquilidad. Odiaba tener que verla así y odiaba todavía más el tener que dejarla en el hotel en la situación en la que estaba, no porque creyese que se fuese a encontrar sola, no me cabía la menor duda de que tendría a las chicas y a Alfred, sino porque no estuviera yo también para abrazarla y animarla. Pero no me quedaba otra opción, no tenía derecho a retenerla conmigo sabiendo que ella quería irse.

Cuando llegamos al parking del hotel donde se alojaban los chicxs aparqué el coche y ambos nos quitamos lo cinturones con intención de bajar, pero hubo un silencio de más de un minuto y mientras yo la observaba a ella, ella observaba por la ventana con la mirada perdida, como si no tuviera ni ganas ni fuerzas de abrir la puerta o saber qué hacer. Seguí esperando por si en algún momento se animaba a romper el silencio. Y así hizo.

—Quiero que sepas que hoy me has hecho no sé si la mujer, pero si la niña más feliz Luis, aunque hayamos hecho cuatro chorradas. Me he reído un montón y me has hecho sentir cosas increíbles. Es por eso que estoy así, porque he sido egoísta y solo he mirado por mi felicidad. No soy así, no quería serlo. —empezó diciendo Aitana sin poder mirarme a la cara, hasta que volvió a romper a llorar a medida que iba hablando.

Mi reacción ante eso fue tan solo abrazarla y volverle a abrazar, cubrir su pequeño cuerpo con mis brazos y no dejando de besar su cara mojada de lágrimas. La sentí tan delicada y frágil que sentí la necesidad de cubrirla con todo mi ser. 

—No llores, pequeña, por fa. Y no lo veas así, estás siendo y eres tan buena que piensas más en los demás que en ti y eso está bien, a veces. Pero si lo que ha pasado hoy ha pasado así es porque tenía que pasar y porque los dos nos queremos ¿o no lo ves así? —la tranquilicé.

—Sí, pero no deja de estar mal, tenía que haber esperado, Luis. Y ahora me siento demasiado culpable, porque a él también lo quiero. 

"A él también lo quiero" ¿Qué significaba eso?

—Pero... 

—No, Luis. —me cortó—. No lo quiero como te quiero a ti, ni siento con él las cosas que siento estando contigo. Pero lo quiero, y como ya te he dicho más veces necesito tiempo y fuerzas para romper con esto. Por favor te pido que me entiendas, porque no es fácil y menos ahora con todo esto de la tele. —siguió ella.

—En todo momento he entendido eso, Aitana.  —dije un tanto chafado, era inevitable que no me doliese que recalcara que lo quería, porque no sabía interpretar el modo.

Entendía perfectamente a Aitana y aunque yo hubiese actuado de una manera diferente a la de ella, tenía en cuenta que su forma de ser, tan buena persona ella, era una de las cosas que precisamente más me gustaron de ella. Aunque no podía negar que me pusiese triste el hecho de tener que esperarla y tener que tener presente siempre a esa tercera persona, intenté en todo momento que no se me notase y apoyé su decisión y su manera de hacer las cosas.