Primera entrada

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Lin estaba sentado en silencio frente a una chica de aproximadamente siete años. Tenía el cabello corto castaño claro, y los ojos azules; durante ese tiempo, no había dicho una sola palabra. El rubio comenzaba a temer de que tuviera algún tipo de trauma que le impidiera hablar, pero Saeki les había confirmado que no presentaba ningún tipo de lesión... al menos no física.

La última persona a la que habían ido a matar parecía también estar metida en el contrabando de menores. La chica la encontraron dentro del closet, inconsciente. Como no podían dejarla ahí, la llevaron consigo, pero ahora no tenían una clara idea de lo que debían de hacer con ella. Lin entendía que Jiro había encontrado a Misaki en una situación similar, y hasta el momento la seguía criando como su hija. Aunque de ser posible, el rubio no quería entrometer a ese niña en ese mundo más de lo necesario.

—Llegué —dijo el castaño rompiendo el silencio de la habitación—. ¿No vas a recibirme? —Lin ya se había acostumbrado a esa pregunta, y aunque ahora su relación era más estrecha que antes seguía sin planear hacer eso.

—¿Encontraste datos de la chica?

Banba negó con la cabeza.

—Enokida buscó datos de personas desaparecidas, pero no encontró ningún caso similar. Parece ser que no está desaparecida ninguna niña castaña de ojos azules. Con suerte, no fue sacada de algún país extranjero —suspiró—. Dijo que lo mejor es que nosotros la cuidemos hasta que encuentre más datos. Jiro opina lo mismo.

La niña mantenía la mirada fija en el suelo, como si no los escuchara. La ropa que usaba se la había prestado Misaki, también había tomado un baño antes de que la llevaran al departamento.

—Entonces no hay opción —Lin suspiró.

—Dime, Sora, ¿tienes hambre? —Banba se acercó a la niña con una sonrisa mientras preguntaba.

Con un movimiento de mano, el rubio lo detuvo antes de que pudiera acercarse más a ella.

—No hagas eso, la asustarás con tu cara. Además, ¿qué es eso de Sora? ¿acaso es un gato abandonado? —cuestionó—. No estés dando nombres de ese modo.

—¿Eh? Pero ella no ha dicho nada, ¿no es así? Debemos de llamarla de algún modo.

Lin entendía que era algo necesario, pero no le parecía correcto tratar a la niña como si se tratara de algún tipo de animal abandonado. No podía evitar recordar a su hermana cuando la veía, pero no sólo pensaba en ella. Una chica que había sido vendida, ignorando los motivos que podría haber detrás, y sumergida en ese mundo... le parecía deprimente.

—Hayashi... —murmuró como opción de nombre provisional—. Creo que ese es más adecuado.

—Hmm, me gusta. ¿Y a ti? —Banba se dirigió esta vez a la niña.

Ella levantó la cara, pero al cruzar miradas volvió a bajarla.

—Habrá que comprarle algo de ropa —opinó Lin mientras se incorporaba—. Hayashi, sígueme, iremos al centro comercial —en realidad era más una excusa para evitar que recayera el silencio incómodo, además, no podían depender de la ropa de Misaki si no sabían cuánto tiempo tendrían que cuidar de la niña. La oportunidad de salir también planeaba utilizarla para comprarse algunas cosas él.

—De acuerdo, yo prepararé algo de comer por mientras.

«Sólo calentará fideos instantáneos», aseguró en su mente mientras se colocaba los zapatos para salir. 

Compró un par de cambios para Hayashi, como ella no daba su opinión, pero cumplía indicaciones, Lin se divirtió escogiendo la ropa basada en sus gustos. También se compró él un par de cambios. Al salir del lugar, la niña chocó accidentalmente con una persona que él conocía.

—Cuánto tiempo —Sayuri lo saludó, y después le sonrió a la chica. Parecía que ella regresaba de algún lugar, tal vez un trabajo—. La última vez que te vi no tenías ninguna hija.

—Ah, no, ella no es... —el rubio cortó sus palabras al darse cuenta de lo absurdo. Era físicamente imposible que él y Banba pudieran tener una hija, se sintió estúpido por un corto instante—. La salvamos de unos contrabandistas, la cuidaremos hasta que localicemos a su familia —aclaró.

La de cabello corto asintió.

—Si necesitan ayuda, no duden en pedírmela. Espero que se estreche su relación con la experiencia —dijo, y después se despidió. 

A Lin le sorprendió un poco el fugaz y repentino encuentro, pero no le dio mucha importancia. Continuó caminando, sujetando la mano de Hayashi para que esta no se perdiera o separara. Parecía que ella era la única cosa interesante que les pasaría por algún tiempo. «No creo que sea algo complejo», no pensar en Quiaomei era difícil. En realidad, esperaba que ella pudiera salir de ese mundo antes de que fuera muy tarde.

—Melodía... —creyó escuchar decir a la niña.

—¿Melodía? —cuando volteó a verla escuchó detrás de él un silbido similar. Volteó hacia atrás, pero sólo vio a varios grupos de personas caminando, pero no reconocía a ninguna. «Tal vez pensar en Quiaomei me esté haciendo alusinar», concluyó, y continuó caminando intentando no pensar en el pasado.

Estaba conforme con su yo actual. No había necesidad de pensar con su yo del pasado.

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Hola~ Perdón, esto debí subirlo antes, pero me enredé con las traducciones xd espero me perdonen, ¡aquí la segunda temporada del fic, más dramática y llena de acción/suspenso! ¡Espero la disfruten! (aunque admito que el primer capítulo es bastante lento)

Como nota diré que Hayashi es la principal pronunciación del kanji del nombre de Lin, el cual también puede pronunciarse Rin (que curiosamente es la versión fonética japonesa de Linxd)  y con lo de Sora... bueno, por algún motivo es un nombre muy común en algunos mangas (yaoi) cuando una persona adopta a un "gato" (sí... esa clase de gato7w7okno) además de que eso de "la asustarás con tu cara" se me ocurrió por una escena de la novela en la que Lin compara la cara de Banba con la de un caballo (porque el kanji de Ban, de Banba, significa caballo)

Nos leemos en el siguiente capítulo^^)/

Amor, sangre y muerte (BanbaxLin)(HTR)(Yaoi)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz