Cerca del final del juego

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—¿Banba?

Cuando Lin abrió los ojos pudo ver que éste estaba a pocos centímetros de su rostro. Miró un poco a su alrededor, sin mover mucho la cabeza, y luego volvió su mirada al castaño. Éste tenía sus rodillas al lado de su cadera y sus brazos poco más arriba de donde estaba la cabeza del rubio. Si descendía un poco más, ambos se besarían. No le pareció raro en un primer instante, pero cuando su visión se desenfocó repentinamente los recuerdos le llegaron de golpe.

Su cabeza dolía y sus extremidades se sentían entumidas. Había sido envenenado. Lo recordaba claramente. Feilang lo había estado sosteniendo, y entones, ¿qué había pasado? Le dijo algo a Banba, ¿pero en qué momento él apareció ahí?

—Lin-chan, ¿te duele algo? —preguntó como si no pasara nada raro—. ¿Tuviste un mal sueño?

—¿Dónde está Feilang? ¿Qué paso? ¿Có...? —el rubio comenzó a cuestionar, pero el castaño descendió lentamente y juntó sus labios, aprovechando que el otro quedó a mitad de la palabra para  introducir su lengua en su cavidad bucal. Poniendo ambas manos en su pecho, Lin empujó con cuidado al más alto con un leve sonrojo en sus mejillas y su ceño fruncido—. ¿Qué hiciste?

Banba sonrió de lado como si no comprendira sus palabras, y se quitó de encima del más bajo mientras hacía un gesto de que bajara la voz.

—Hayashi sigue dormida, eso me recuerda, Enokida encontró información sobre sus posibles padres. Es una zona algo alejada, la madre está en un hospital debido a una enfermedad y el padre va de ciudad en ciudad buscando datos de su hija desaparecida —comenzó a decir—. Las fechas coinciden, o eso fue lo que dijo. Es triste, pero creo que el tiempo de estar con ella se nos terminó. En unas él se reunirá con el factible padre.

Sin terminar de entender, Lin asintió. 

Le prestó más atención al hecho de que el castaño cambiara de tema para responder, pero cuando se puso a pensar en éste se sintió algo decaído. Hayashi la había pasado mal por su culpa, además de que se había preocupado, y él no pudo llegar a despedirse correctamente.

—Aún no entiendo cómo...

—¿Quieres que vayamos a también? —ofreció Banba, interrumpiéndolo nuevamente.

Lin no estaba entendiendo nada, pero no parecía que a ese paso fuera hacerlo. El más alto le había mencionado algo de un mal sueño, pero no había sido nada de eso. «Necesito saber lo que pasó», que las cosas se resolvieran mágicamente no tenía lógica. Él había hecho ciertas cosas, por lo que tampoco tenía sentido que el castaño lo tratara como si nada. Si bien era algo distraído y tenía una forma de pensar bastante particular, continuaba sin tener sentido.

—Está bien —accedió el rubio incorporándose de la cama. Le dolía todo el cuerpo, y no se negó a la ayuda de Banba para cambiarse y arreglarse.

Los tres desayunaron viendo el televisor, dando de vez en cuando algunos comentarios alusivos a la película que veían, King of Prism: Pride the Hero. Bastante rara si tuviera que decir. Después de explicarle a detalle a la niña el lugar al que se dirigían y la persona a la que verían emprendieron marcha.

En lugar de preocuparse por lo que había ocurrido, Lin entendió el mensaje indirecto del castaño y simplemente disfrutó de ese momento. Hicieron múltiples paradas en el trayecto para dejarle a la castaña unos últimos buenos recuerdos.

—Su nombre resultó ser Chiaki Kisaki —dijo Enokida mientras veían la bella escena de reencuentro entre el señor y su hija. No tuvieron la necesidad de hablar con él ya que Hayashi corrió directamente a él y lo abrazó mientras lloraba con una sonrisa.  El señor no había dejado de repetir arduas palabras de agradecimiento, y cuando preguntó por una recompensa, Lin y Banba tuvieron que negarse, prometiéndole al de corte de hongo que le darían algo después.

Amor, sangre y muerte (BanbaxLin)(HTR)(Yaoi)Where stories live. Discover now