Mar de los siete colores

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Me enamoré del octavo color de este mar.

Desde la calidez de la superficie,

hasta el encanto de sus profundidades.

Sus secretos de colores que nadan a mi lado,

Junto a las rayas que trazan pliegues en mis manos.

La infinidad de la arena que sostiene mis pies...

que sostiene mi corazón.

En la cintura de este continente,

sí que sabes hacer bailar a la gente.

Al caer la tarde nos vistes de calypso.

Es tu voz, tus pasos, tu ritmo.

El sabor de tus mañanas, que llega a la cama.

Es en mis ojos, un espejismo.

Y en las aguas sureñas, un prodigio.

De acuarela se bañan tus orillas,

En tintes alegres, que templan mis ansias.

La suavidad de las olas prolonga la estancia

en este pequeño jardín del Caribe,

que con la marea sube a mi nube,

donde la noche enfiestada me descubre.

Quedo desnuda frente al inmenso oscéano,

afirmándome a una tierra de ensueño

aferrándome al olvido de respirar aire.

Es esa libertad que moja a tus visitantes,

la que me atrapa, y me niego a marcharme.

De este barco, en mi alma, voy a anclarme.

Y así sumergirme para siempre en el mar,

que ha vuelto a bautizarme.

*La imagen de multimedia fue tomada en la Isla de San Andrés, Colombia.

Diario de mis viajes infinitosWhere stories live. Discover now