Cap. 11

235 23 0
                                    

Al final Misaki insistió lo suficiente como para arrastrarnos a todos ese fin de semana a la tienda de exportación europea que tanto quería visitar.

–Que raro es esto –Murmuro Tora enseñándome una bolsa con un dibujo de un chico con chispas en la lengua.

–Fresquito? –Dude cogiendo la pequeña bolsa recordándola ligeramente.

–Lo has probado? –Dudo cogiendo otro paquete de tamaño parecido a este pero que ponía Peta-zeta.

–Ese si! –Salte acordándome perfectamente de ese en específico–, es como si tuvieras chispas en la boca, me encantaba comprarlo cuando viajábamos.

Estar aquí me traía ligeros recuerdos de cuando era más pequeño y viajaba con mis padres a ver a mis abuelos a Gran Bretaña hasta que fallecieron, ahora solo mi padre era el que viajaba de vez en cuando o por el trabajo.

Cuando salimos de la tienda todos íbamos cargados de golosinas extranjeras, aunque muchas a mí me sonaba de haberlas probado ya, desgraciadamente estaba diluviando en cuanto salimos.

–Mi casa está cerca, podríamos ir ahí –Comentó Daiki tras ver que no tenía pinta de dejar de llover pronto.

–Me parece buena idea –Comente abrazándome un poco a mi mismo notando el frío.

Todos aceptaron igual que yo y terminamos corriendo bajo la lluvia detrás de Daiki hasta llegar al portal de un edifico con pinta de caro, entramos y lo seguimos completamente sorprendidos hasta su piso, cuando entramos nos quedo más que claro que realmente era un sitio caro.

Era un amplio estudio con todos los lujos solo para él con un buen balcón.

–Ir poniéndoos las zapatillas –Comentó tras quitarse los zapatos y los calcetines antes de ponerse unas zapatillas de hamburguesa–, os traigo ahora toallas y enciendo la calefacción.

Sin rechistar y aún procesando la información seguimos sus órdenes hasta que nos dio las toallas.

–Estas bien Ren? –Preguntó Tora quitándome de mis pensamientos.

–Eh? Si, correr un poco no me puede hacer tanto daño –Respondí encogiéndome de hombros mientras me secaba el pelo.

–Queréis que os deje ropa de cambio? Así puede ir secando en la estufa –Ofreció mirando hacia su armario.

La mayoría tuvimos que aceptar la oferta, excepto Yamato, el de repente se puso completamente tenso y se negó en rotundo, solo se dejó estar con él jersey húmedo mientras los demás aceptamos su oferta y él ponía nuestra ropa a secar.

El resto de la tarde fue tranquila, solo nos reímos mientras probábamos los dulces y comentábamos si estaban ricos o no, yo agradecí haberme atracado de Peta-zetas por qué seguían siendo igual de adictivos que cuando era niño, pero aún así guarde 2 para Akito.

Cuando llegó la hora de irnos los padres de Yamato lo llamaron de repente interrumpiendo nuestra ida, así que tuvimos que esperar a que terminara de hablar, aunque cada vez parecía ir más para largo.

–Será mejor que os vayáis yendo vosotros –Comentó sin muy buena cara pero sonriéndonos.

–Pero... –Comentó Misaki no muy convencido.

–Mis padres dicen que vienen a recogerme, no os preocupéis –Corto volviendo a darnos la espalda siguiendo con la oreja pegada al teléfono.

Con bastantes dudas nos fuimos aceptando unos paraguas de Daiki y volvimos cada uno a sus casas.

–No se por que creo que a los padres de Yamato les paso algo, no parecía estar muy bien –Comente agarrando el brazo de Tora al compartir paraguas.

Fin (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora