Capitulo 22 - Beso

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—No acostumbro a mentir, Sora —murmuró con voz ronca en su oído—. Claro que puedo hacerlo, y si me lo pidieras, lo haría.

Kakashi se pausó durante unos segundos, Sora oía su respiración mientras él seguía apoyando la frente en su hombro.

—Lo haría —repitió como para sí mismo, al momento suspiró y se tensó—... Pero no te preocupes, no voy a ponerte en esa tesitura, tú hoy ya has salido de tu zona de confort y yo ya he terminado mi masaje. —Kakashi se separó de ella y empezó a incorporarse—. Está a punto de amanecer y no creo que pueda dormir más —le dijo una vez en píe volviendo a esa pose despreocupada de nuevo—. Voy a darme una ducha, mira de descansar un rato. Te despertaré cuando sea la hora. —Levantó la mano en señal de despedida y sin ni siquiera mirarla, desapareció por la puerta.

Sora se quedó anonadada en el filo de la cama, había vuelto a hacerlo. Ese cambio repentino en él, en tan sólo un segundo había cambiado su actitud de forma drástica, ese click. Había pasado de ser una persona cálida y cercana con la que podías hablar de cualquier cosa a convertirse en ese tipo frío y despreocupado de mirada apática. Suspiró dejándose caer en la cama, la tenía realmente desconcertada.

 Suspiró dejándose caer en la cama, la tenía realmente desconcertada

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Kakashi cerró la puerta del baño y apoyó su espalda en ésta. ¿Qué mierda me está pasando?,  se preguntó abatido. Desde que Sora había despertado a causa de la contractura, la situación había ido escapando poco a poco a su control. Creía haber conseguido dominarse en estas últimas semanas, pero esa noche había vuelto a dejar de tener controlada su férrea disciplina. 

No le gustaba. 

Siempre había sido capaz de saber controlar las circunstancias, como en un combate. Él decidía que movimientos debía realizar para que su oponente hiciera lo que esperaba, lo obligaba a realizar determinadas acciones para tenerlo en el lugar que él quería y así el enfrentamiento se desarrollaba tal y como planeaba. Actuaba así casi en todo, en las conversaciones, en su día a día... Excepto con ella.

No es que perdiera totalmente el control, si eso hubiera ocurrido, cuando la sorprendió mirándole el pecho desnudo con ese descaro, la hubiera alzado en brazos y allí mismo en el frio suelo, la hubiera hecho suya. 

Recordó el deseo que pudo vislumbrar en los ojos de Sora y su erección se hizo más evidente. Desde que le había quitado la camiseta para hacerle el masaje, su anhelo por ella había ido en aumento. ¿Qué le pasaba con esa mujer? Al estar con ella se relajaba, dejaba de lado su actitud pasiva, su indiferencia hacia los demás. ¿Por qué? Era tan hermosa, se reconoció a si mismo que sentía un fuerte interés por ella, un apetito acreciente, algo más que simple deseo sexual y eso no podía suceder. Hacia poco más de una semana que tomó una decisión en cuanto a ella. Sus relaciones como bien le había explicado a Sora eran casuales, jamás se había acostado con una mujer más de una noche y menos con una con la que tuviera que relacionarse o ver en su día a día, a excepción de... Un dolor sordo le atenazó el pecho, no podía tan siquiera pensar en eso. Sé incorporó de golpe, sacudiendo la cabeza para intentar borrar esos pensamientos. Se dirigió a la ducha y abrió el grifo, lo puso en posición fría, después de la situación con Sora, iba a necesitar un buen remojo en agua helada para volver a la "normalidad". Suspiró mientras se quitaba la ropa y la máscara, y entró en la ducha. Su cuerpo se tensó al notar el agua fría, borrando todas las malas sensaciones anteriores. Kakashi apoyó su frente en la pared mientras el agua le caía por su fuerte espalda y cerró los ojos en actitud meditativa.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora