Capitulo 17 - Su Norte

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Tsunade miraba a Kakashi con el ceño fruncido desde la silla de su despacho, se la veía muy  molesta.

—¿Cómo es posible qué ese ninja renegado detectara tu preocupación por Sora? —le preguntó la Hokage con brusquedad—. Es casi imposible saber qué pasa por tu cabeza, siempre estás cerrado en ti mismo y es tremendamente difícil saber qué sentimientos te dominan —gruñó con enfado—. No comprendo como ese hombre percibió tu preocupación con tanta facilidad —finalizó.

—Ya le he comentado Tsunade-Sama que fui descuidado — respondió el peliplata levemente avergonzado, la Hokage frunció con más fuerza su ceño.

—Ésa no es una respuesta que pueda aceptar de un Jonin de tu nivel, Kakashi —Le miró con enfado.

El jonin se encogió de hombros y cambió de postura con incomodidad.

—No sé qué más decirle, maestra Hokage —respondió con pesar, rascándose la parte posterior de su cabeza.

—Por lo pronto, podrías no  irritarme más y explicarme la razón de tu descuido —continuó la quinta—. No entiendo como pudo notar nada con tu acostumbrada actitud de idiota estirado — Le dijo cruzándose de brazos.

Kakashi bufó incómodo, no iba a explicarle a Tsunade las emociones que lo embargaban cuando Sora se encontraba cerca de él, la cara de idiota que ponía cada vez que ella le sonreía o la tensión que le dominaba cuando la creía en peligro.

No podía hacerlo.

Después del encuentro sexual con la mujer del bar, su deseo insatisfecho había desaparecido, no así la picazón, ésta seguía allí y era sólo por Sora.

Después de una larga noche de meditación y gracias a su disciplina se veía capaz de dominarse, no volvería a acorralarla contra una pared ni la miraría con deseo. Tras los acontecimientos de la jornada anterior se veía capaz de controlarse, pero la sensación que sintió al verla en peligro era nueva para él, ese nerviosismo al pensar que alguien quería hacerle daño, esa punzada en el vientre al creer que alguno de esos hombres había intentado tocarla de esa manera...

Sentía una necesidad apremiante de protegerla y una preocupación sincera por su bienestar. Había hecho de guardaespaldas con cientos de personas en incontables misiones y la preocupación siempre había sido meramente profesional, confiaban en él para protegerles como jonin y él desempeñaba su trabajo a la perfección, sin implicaciones personales, sin sentimientos confusos. Hasta que apareció Sora.

Suspiró abatido y miró a la Hokage.

—Se me está haciendo difícil convivir con otra persona, Tsunade-Sama —respondió finalmente mirando al suelo.

La Hokage observó con gesto serio al peliplata, sabía qué Kakashi era una persona complicada y debido a su pasado traumático acostumbraba a no relacionarse casi con nadie, era un hombre solitario y disfrutaba de su intimidad. Quizás había tensado demasiado la cuerda al obligarle a vivir con otra persona. Pensó en la satisfacción qué sintió al percibir la ansiedad de Kakashi cuando descubrió qué con quién debía convivir era una mujer y se sintió realmente culpable. No había actuado del todo bien.

—Debo admitir Kakashi, qué no jugué limpio contigo en cuanto al tema del Viajero  —respondió con sinceridad—. Tendría que haberte dado toda la información sin omitir detalle, si para ti convivir con alguien ya es algo difícil, imagino que si es una mujer aún te es más complicado.

El peliplata alzó su mirada, la Hokage era una mujer inteligente e intuitiva. No iba desencaminada en su respuesta, pero por desgracia la cosa era mucho más complicada que eso. Sentía una tremenda atracción sexual por su protegida y eso le estaba complicando aún más toda la misión. No obstante, iba a aprovecharse de esa pequeña concesión que le ofrecía la Hokage, quizás así no tendría que mentir o confesarle el verdadero problema.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora