Capitulo 44 - El plan B de Kakashi

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Kakashi se encontraba en su dormitorio dentro del departamento caminando con desesperación de lado a lado de la habitación. Su preocupación no hacia más que aumentar ya que hacía más de 10 minutos que Pakkun había ido en busca de Tsunade y aún no había ni rastro de ellos. El peliplata había decidido separarse de Sora y de su dormitorio, pues la tentación por la mujer que amaba era demasiado intensa.

El cuerpo de Sora, aún estando inconsciente seguía bajo el jutsu de la Quinta y aunque los efectos de éste se habían ralentizado, seguían avanzando peligrosamente. El olor del deseo de Sora no hacía más que ir en aumento y dominaba todos y cada uno de los sentidos del peliplata. A tal punto que temía acabar despertando a la viajera para volver a hacerle el amor con desesperación, porque no había nada que deseara más que volver a sentir la calidez del cuerpo de Sora, sus ardientes besos, sus suaves gemidos... La tonalidad de su voz al pronunciar su nombre mientras sucumbía a los arrolladores orgasmos que el shinobi le provocaba. Dios. Fue tan maravilloso hacerla suya, tan intenso y extraordinario. Suspiró con preocupación. Sabía que no podía volver a suceder, Kakashi jamás pondría la vida de Sora en juego, él estaba ahí para protegerla, su única misión en esta vida era cuidar de ella.

En ese instante de nerviosismo e incertidumbre, Hatake Kakashi descubrió que había nacido sólo para velar por el bienestar de Sora. Aunque su corazón se rompiera en mil pedazos y su alma sangrara por lo que iba a hacer si Tsunade no podía detener el jutsu, sabía que no tenía más opción. Volvió a suspirar y miró hacia la puerta, buscando la energía de Sora desde el otro extremo de su departamento.

El jonin notaba que el ansia sexual de Sora aumentaba con intensidad aún estando ella durmiendo, cuando la joven despertara estaría totalmente dominada por ese deseo irrefrenable. Sora sería algo parecido a un súcubo, poseída por la lujuria y el desenfreno. Kakashi sabía que si ella no lograba conseguir acostarse con nadie moriría debido a ese frio atroz que acompañaba y hostigaba a ese deseo sexual extremo. El jonin miró con preocupación el reloj de su muñeca. Ya habían pasado doce minutos y ni su Ninken ni la Hokage daban señales de vida. Para alivio del peliplata el pug apareció en una nube de humo a su lado, Kakashi lo miró con seriedad.

—¿Y bien? —preguntó con ansiedad—. ¿Dónde está Tsuande? —continuó con preocupación, el can lo miró con gesto serio.

—La Hokage dice que una vez se ha iniciado su jutsu, éste no tiene vuelta atrás, Kakashi —respondió con inquietud, el peliplata notó como la sangre se le helaba en las venas ante la respuesta del can—. Tsunade-sama dice que te dejes de historias y hagas a Sora entrar en calor de una vez. Me ha comentado que deberías estarle agradecido por conseguir que puedas vivir una de las aventuras de esos libros pervertidos tuyos. También me ha dicho que Sora recordará muy poco de la sucedido una vez neutralices el jutsu y despierte pasadas varias horas —finalizó mirando a su amo con intención, el shinobi gruñó molesto. Cuando esa pesadilla finalizara se reuniría con la Hokage y le diría unas cuantas palabras malsonantes.

El pug miró con preocupación hacia la puerta.

—Ella está —dejó caer mirando al portador del Sharingan—... El jutsu está muy avanzado Kakashi, no deberías esperar más —continuó con inquietud—. No te preocupes, Sora entenderá que aunque no hayas podido recrear el cortejo previo que tanto les gusta a las hembras, no tenías otra opción —comentó al pensar que la preocupación del ninja se debía a eso—. Sora es una buena persona y no te lo reprochará... Además si haces un buen apareamiento quizás te ayude a conquistarla de forma definitiva. —El can movió la cola con alegría—. Me haría muy feliz que Sora y tú hicierais eso de casaros —continuó con alegría—. Aunque no me lo has dicho directamente se que estás afectado por lo que llamáis amor y si actúas bien puedes conseguir que ella te corresponda —le dijo sin dejar de mover la cola, un profundo lamento salió de los labios del peliplata al oír las palabras de su Ninken. Nada deseaba más y nada era más imposible tras saber la respuesta de la Quinta.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora