Capitulo 56 - Respuestas

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Sora caminaba por las calles de Konoha con una bolsa de la compra en su mano, iba tan concentrada en sus cavilaciones sobre su inminente viaje que ni siquiera se fijaba en la gente con la que se cruzaba. Algo en el ambiente la hizo alzar la mirada y encontrarse a Kakashi avanzando en dirección contraria, también cargaba con una bolsa llena de alimentos; la barra de pan y las hojas de las verduras sobresalían de la bolsa. El peliplata la miraba con intensidad.

La viajera siguió avanzando como hipnotizada por esa intensa mirada que aún hacía que le temblaran las piernas, él también avanzaba y se iban a encontrar cara a cara en breves segundos. Sora no podía parar de mirarle. Definitivamente tenía que hacer algo para sacar a Kakashi de su corazón y se alegró al pensar que en menos de una semana se habría marchado con Naruto y los del Rayo.

Soy incapaz de amarte, las palabras de Kakashi resonaron en su cabeza... y esas palabras fueron las que le dieron fuerzas para girar en la calle lateral que quedaba a su izquierda, una vez se vio en ésta, aceleró el paso deseando que el peliplata no la siguiera. No quería verle, no podía enfrentarle. Sabía qué como las últimas veces, saldría de nuevo dañada, porque le dolía verle y saber que no había sido suficiente para él.

Kakashi detuvo sus pasos y suspiró con dolor al ver el gesto de Sora, por unos momentos había creído que podría cruzarse con ella y conversar brevemente. Ese dolor punzante volvió a su pecho al recordar la mirada de odio que la viajera le había dedicado, pero el shinobi no le dejó hacerse fuerte como las anteriores veces. Suspiró con determinación y decidió no caer de nuevo en ese abismo de desesperación.

Eso ya había acabado.

Estaba decidido a esperar la respuesta del sabio amigo de Tsunade y fuera positiva o no, no volvería a ser de nuevo ese hombre apesadumbrado. Pasara lo que pasara entre Sora y Darui, él invertiría cada gota de su energía en buscar una solución y siguiendo esa determinación se dirigió a su pequeño apartamento.

Ya había arreglado casi la totalidad de sus destrozados muebles, le quedaban por reparar un par de sillas y cuando hubiera acabado con su labor, se iría al campo de entrenamiento a ejercitarse. Su ojo visible se abrió debido a la sorpresa al encontrarse a la Hokage esperándolo en la puerta de su edificio. Aceleró el paso y se acercó a ella con determinación.

—Tsunade-Sama —la saludó con una leve reverencia al llegar a su lado, la Quinta le sonrió y le mostró un sobre cerrado. El corazón del jonin se aceleró desbocado a causa del nerviosismo.

—Parece que mi querido y gruñón Mashoto, nos ha enviado su respuesta —dijo la Hokage con una sincera sonrisa, Kakashi asintió pensativo.

—Sólo han pasado tres días... —musitó el shinobi casi para si, la Hokage emitió una sonora carcajada.

—Debo confesarte que esta vez los víveres que le envié eran de baja calidad —respondió aún riendo—. Conociéndole como le conozco, sabría que me mandaría con rapidez una carta reprochándome mis miserables actos... —Luego miró al jonin con gesto serio—. Sé que estás pasándolo muy mal con todo esto y he hecho lo posible para que nos conteste con la mayor presteza —se sinceró la Hokage.

—Gracias, Tsunade-sama —respondió Kakashi con emoción, la Quinta asintió y comenzó a subir las escaleras hasta llegar a la planta de Kakashi.

El shinobi la siguió y abrió la puerta de su apartamento invitándola a pasar, la Quinta observó el apartamento con interés.

—Vaya... Parece que alguien ha puesto en poco de orden en este cuchitril... —comentó divertida al ver el apartamento del peliplata casi en perfectas condiciones. Kakashi asintió mirando el sobre blanco que permanecía en la mano de la Hokage, ella se percató de su gesto y le tendió la carta—. Léela, espero que encuentres buenas noticias —dijo con una sonrisa.

Kakashi mi protectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora