Capítulo 37

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~Día 8~

Narra ___:

Estos días que han pasado han sido sumamente increíbles, la paso genial con él. No hay momento en el que me demuestre su amor y me saque una sonrisa.
El día de hoy, viajaríamos a nuestro siguiente destino: Italia. Me encontraba muy emocionada, realmente éstos viajes me ilusionan bastante. Desperté y observé unos segundos más el rostro de Alonso, estaba tranquilo, descansando. Una inevitable sonrisa se formó en mis labios y me levanté de la cama dirigiéndome al baño para ducharme y después vestirme. Luego de unos minutos salí y observé a Alonso sentado dándome la espalda y mirando su teléfono con el pantalón de mezclilla puesto, me acerqué sigilosamente y lo abracé.

—Buenos días, amor —Sonrió miemtras yo le daba un pequeño beso en la mejilla.

—Buenos días —Respondió contento. —¿Cómo dormiste? —Dejó su celular en la pequeña mesa a lado de nuestra cama.

—Muy bien, gracias —Sonreí. —¿Y tú?

—Igual —Lo solté y se levantó para después besar mis labios. —¿Sabes algo? Ésta es la mejor forma de despertar... —Susurró frente a mí con una sonrisa, yo imité su acción. Después de eso, tomó una camisa y se la colocó.

—¿Estás emocionado? —Dije tomando mi cabello en una coleta alta.

—Mucho —Sonrió mientras me miraba.

~Futuro~

—No te miento... Su mirada era hermosa —Sonreí mientras las lágrimas volvían a salir por mis ojos.

—¿De qué color eran? —Decía mirando su pequeño cuaderno, yo suspiré.

—Azules, con un pequeño toque de verde.

—Listo —Sonrió y me dió una hoja de papel.

Lo había dibujado.

~Actualidad~

[...]

—Estoy un poco nerviosa... —Confesé mientras tomaba su mano sentados en el asiento del avión.

—Todo saldrá bien, tranquila —Sonrió para darme tranquilidad y apreté más su mano al sentir como despegabámos.

Después de ese pequeño momento de tensión, me quedé profundamente dormida hasta la hora de aterrizaje. Alonso me despertó tranquilamente y luego de eso desabordamos el avión, para después buscar nuestras maletas.

—¿Crees que sea difícil conseguir un taxi? —Pregunté y después solté una risa nerviosa.

—Tal vez —me acompañó en la risita. —Pero quizá hablen inglés, como unos trabajadores de transporte que son deberían de saber el inglés poeque saben que muchos turistas vienen para acá. De todos modos, no te preocupes, nada detendrá nuestra aventura —Sonrió y besó mi cabeza, tomó mi mano y salimos del aeropuerto.

Y él tenía razón, los taxistas manejaban ese idioma. De igual forma, sinó fuera así, se quedaría como una pequeña anécdota divertida para contar de regreso del viaje. Con un poco de suerte, pudimos llegar al hotel donde nos hospedaríamos. Alonso se registró, le dieron la llave de nuestra habitación y con ayuda de un trabajador llevamos nuestras maletas a ésta misma, después de eso salimos a fuera para explorar un poco.

365 Días Bajo El Mismo Techo. (A.V y ___)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon