Capítulo 39.

662 48 40
                                    

—¿Alonso? —Aún me encontraba adormilada, encendí la luz del pasillo y parpadeé consecutivamente para acostumbrar mis ojos a la luz. —¿Quë mierda sucedió?

—¡Nena! No tienes idea de cuánto te extrañé —Comentaba arrastrando las palabras y con una sonrisa boba mientras se acercaba a abrazarme.

—¡Acaso no has visto la hora qué es!

—Es un poco tarde nada más —Se sentó en el sillón al ver que no correspondí a su abrazo.

—¿Un poco tarde? ¡Mierda, Alonso! ¿Dónde estabas?

—No lo sé.

—¿Dónde estabas, Alonso? Le llamé a los chicos, te fuiste de la casa de jos desde las seis.

—Mentira, estaba con ellos.

—Sabes perfectamente que no.

—¿Y tú qué haces llamándole a mis amigos, eh? —Me observaba con los ojos inyectados en sangre.

—Estaba preocupada por ti.

—¿No será que querías hablar con José?

—¡Por Dios! No empieces de nuevo con eso.

—Yo sólo digo, ya no sé que esperar de él y de ti —Se encogió de hombros mientras me dedicaba una de sus sonrisas más engreídas.

—Eres un estúpido.

—Claro, llámame como gustes. Siempre soy yo quién hace mal las cosas.

Su voz tan tranquila al hablar de éste tema me desesperaba más, ¿Quién mierda se creía para actuar así y subestimar mi contacto con Jos?

—Ni creas que dormirás en la habitación esta noche —Comencé a caminar de nuevo a la habitación. —Deberías de darte un baño, apestas a alcohol.

—Ajá —Lo oí decir a lo lejos.

Comenzaba a desesperarme. No le hice nada, nunca, y de repente llega ebrio a más no poder sabe de dónde y con quién. ¿Y se cree alguien para juzgar y subestimarme? Ya no sé qué más esperar. Los chicos me dijeron que él ya no estaba con ellos, que desde hace un par de horas "había ido a recogerme", pero no fué así; él nunca llegó.
Confío en los chicos, sé que no me mienten. Pero, ¿Por qué Alonso si lo hace? No tiene motivos, mierda, es que nunca los ha tenido. No sé qué es lo que le sucede.
Sin darme cuenta, ya me encontraba dormida en un profundo sueño.

—_____... _____, despierta. ¿Cariño? Necesito que despiertes —Escuchaba la suave voz de Alonso llamándome mientras me movía ligeramente para despertarme.

—¿Qué haces aquí? —Sólo pude argumentar eso con mi voz ronca y adormilada.

—Bryan llamó. Anahí está en el hospital.

Al escuchar esas palabras, automáticamente mis ojos se abrieron por completo y lo miré aterrada.

—¿Qué dices?

—Bryan llamó hace unos minutos y me ha dicho que Anahí está en el hospital.

—Mierda —Me levanté de prisa de la cama y comencé a buscar algo rápido de ropa.

—Le dije que estaríamos ahí en veinte minutos —Lo escuché, pero no pensaba responderle; lo notó y escuché un suspiro pesado de su parte. —Oye, siento lo de anoche.

—No es momento ahora, Alonso —Comencé a vestirme.

—Solo quería disculparme.

—Cuando regresemos después de asegurarnos que Anahí esté estable, hablaremos sobre anoche —Él se sentó en nuestra cama mientras me observaba.

365 Días Bajo El Mismo Techo. (A.V y ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora